Los amores cruzados
Luego de ser premiada en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (Mejor Película Latinoamericana) se estrena comercialmente en Argentina la ópera prima de Lucas Blanco Amor en tránsito (2009), film coral narrado en dos temporalidades cruzadas que focaliza sobre las relaciones amorosas en aquellos que pasaron las barrera de los treinta.
Como su título lo adelanta Amor en tránsito introduce en la primera escena a sus personajes en pleno tránsito por el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Las vidas de Ariel (Lucas Crespi), Mercedes (Sabrina Garciarena), Juan (Damián Canduci) y Micaela (Verónica Pelaccini) están conectadas o se conectarán a lo largo del film de diferente manera.
Con la idea de presentar el tema del amor y los encuentros desde un lugar lúdico, el director propone un paralelismo temático y visual con el juego TEG, en el cual las estrategias de conquista son la principal arma de la que se valen los jugadores. Esta idea le sirve también al director para disparar la otra temática del film: los argentinos que deciden emigrar del país en busca de un futuro mejor. El guión del film se comenzó a escribir en el 2002, momento en el cual muchos argentinos deciden irse del país hacia nuevos destinos. El estreno en el 2010 llega así con un timing un poco desfasado lo que produce que la temática pierda vigencia.
Amor en tránsito empieza con un dinamismo interesante: mucho movimiento de personajes, de lugares, de cámara. El juego visual con el tablero del TEG como separador de las partes del film es original y la dosis de humor que tienen algunos diálogos hace que se pueda creer en los personajes y que todo tome un tono costumbrista amigable. Sin embargo, la agilidad del comienzo se diluye y sólo se retoma al final. En el medio queda una comedia romántica bastante convencional y por momentos un poco repetitiva, pero que en su conjunto sale airosa.