Preparen los pañuelos
Nicole Kassell, la misma directora de "El hombre del bosque" con Kevin Bacon, cambia completamente de registro para contarnos una historia más convencional, que ya se ha visto demasiadas veces en el cine y a la que sólo en algunos momentos logra darle una vuelta de tuerca.
El atravesamiento de una enfermedad terminal, con sus distintas variantes y en sus distintos registros es un tema demasiado visitado en el cine y el teatro -sin ir más lejos hace dos semanas se estrenó "50/50" lidiando con el tema del cáncer pero desde un lugar que se permitía jugar incluso con un ritmo de comedia (Reseña)-. Y se presenta como más fuerte y más subrayado cuando la enfermedad es cáncer, es entonces cuando pareciera que el melodrama ya está prácticamente asegurado.
Y en este caso el guión cuenta la historia de Marley (Kate Hudson intentando vibrar en un rol un poco más "comprometido" para su carrera luego de algunos traspiés en películas que no han tenido demasiada trascendencia) una mujer exitosa en su trabajo, con una vida aparentemente tranquila y sin sobresaltos, cuando es diagnosticada con un cáncer de colon terminal.
Esto, en apariencia no modifica sus fuerzas y sus ganas de vivir, pero obviamente tendrá notables dificultades en el momento de sobrellevar esta noticia, comunicarla a su familia y seguir sosteniendo su trabajo cuando su punto de vista sobre la vida, ha cambiado, por supuesto, drásticamente.
Su encrucijada queda planteada cuando durante su tratamiento, Marley se enamora del Dr. Julian Goldstein (uno de los ingresos de Gael García Bernal a la factoría hollywoodense), quien la guia en su evolución y queda impactado por el espíritu de lucha y el buen humor con el que Marley encara su diagnóstico.
Sólo con resumir algunas de estas líneas del guión, el espectador más avesado que haya tenido la oportunidad de pasar algunos años de su vida en las butacas del cine de barrio, ya seguramente ha visto esto en una, dos, tres o mil ocasiones...
El guión no aporta demasiados elementos novedosos sino que quizás su objetivo haya sido el de poder contar en forma interesante y de factura atractiva, esta historia sumamente convencional sin tener mayores pretensiones.
Kassell, sin embargo, si bien no cuenta con un guión brillante, SI cuenta con un elenco de primeras figuras desplegando interesantes trabajos en los roles secundarios.
Lucy Punch como la amiga de Marley (a quien vimos en la versión americana de "La cena de los tontos" y sobre todo en "Conocerás al hombre de tus sueños" de Woody Allen), Peter Dinklage (el enano de "Muerte en un funeral" y la inédita y brillante "The Station Agent"), Treat Williams como el padre de Marley y sobre todo una madre de libro que encarna Kathy Bates (casi tan genial e insoportable como la Anjelica Houston de "50/50") hacen que pese a la liviandad del argumento la película sea sumamente llevadera.
Como adicional, una aparición angelical de Woopi Goldberg completa este ensamble de roles secundarios que sostienen fuertemente a la pareja principal.
Allí está Kate Hudson como Marley, con su belleza y su simpatía a flor de piel, más creíble en los momentos de comedia que en los más dramáticos, pero saliendo completamente airosa del desafío de un papel diferente al que desempeña generalmente en la pantalla grande.
Como su médico de cabecera encontramos a un Gael García Bernal alejado de otros roles donde parece estar más cómodo (ni que hablar de "Amores Perros" o "También la lluvia" de Icíar Bollain o "Y tu mamá también" por mencionar solamente tres de sus roles más emblemáticos) y lamentablemente brinda una actuación en la que se evidencia que no pudo terminar de encontrar su lugar en esta comedia romántica con toques de melodrama clásico.
Al vínculo que tiene con Hudson, le falta magnetismo, no hay una fluidez y una química que facilite que uno crea convencidamente lo que se (nos) pretende contar. Es más, en algunos momentos, pareciera que uno está esperando que aparezcan algunos de los personajes secundarios que levantan mucho más la película que la historia principal en si misma.
Aún con los apuntes de un guión con pocas sorpresas y de una historia ya visitada -y más de una vez-, los buenos trabajos actorales y la correcta dirección de Kassell hacen que la película si bien no se destaca, pueda tener resultados dignos, sin que esto signifique que sea un film inolvidable. Ni mucho menos.