La versión de Steven Spielberg de Amor Sin Barreras se siente arraigada en la tradición de las películas musicales, pero se refuerza con temas actuales. Combina cuestiones que han dado forma a la cultura pop desde la elegante precisión del director de Tiburón y E.T., quien siempre ha tenido el ojo de un director musical a la hora de darle un marco coreográfico a sus escenas.