Hoy es la 94º entrega de los premios Oscars y Amor sin barreras (West Side Story, 2021) tiene siete nominaciones en las ternas Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Dirección de Arte, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Dirección de Fotografía y Mejor Sonido. La película dirigida por el consagrado Steven Spielberg a sus 75 años, es dedicada a su padre que era admirador de la versión de los ´60, porque evidentemente realizar una película perteneciente al género musical era una asignatura pendiente para el director.
Resulta pertinente recapitular algunas cuestiones puesto que se trata de un musical con mucha historia. En 1957 se estrenó en Broadway West Side Story, una versión posmoderna de Romeo y Julieta (Shakespeare) ambientado en la ciudad de New York en los ´50, específicamente en el West Side de Manhattan. En dicha representación el amor “imposible” entre los jóvenes Tony y María se ve dificultado no por la rivalidad entre dos familias, sino que es más amplio el conflicto, puesto que se da entre dos pandillas juveniles: los Jets (norteamericanos y descendientes de diversos países europeos) y los Sharks (inmigrantes puertorriqueños). El libreto es de la autoría de Arthur Laurents, la música de Leonard Bernstein y sus respectivas letras de Stephen Sondheim, y concebido, dirigido y coreografiado por el talentoso Jerome Robbins, figura destacada e influyente de la era dorada de Broadway. Posteriormente, Robbins junto a Robert Wise realizaron la primera transposición cinematográfica del musical, West Side Story (1961), protagonizada por Natalie Wood, Richard Beymer, George Chakiris y Rita Moreno, que honestamente debo aclarar que desde mi niñez es mi película musical favorita y me parece insuperable. Tanto la obra teatral como el filme, tuvieron la osadía (al igual que Shakespeare) de transgredir la convención romántica del happy end, lo cual sin dudas representó una ruptura dentro del cine clásico de la época, junto con sus innovadores recursos estéticos y formales. Por lo cual fueron obras muy influyentes a posterior e incluso el filme ganó diez premios Oscars. Además de la osadía a nivel argumental puesto que exponía de forma concreta y audaz las diferencias culturales y étnicas, el racismo y la intolerancia, en Estados Unidos realizando una fuerte crítica al American Dream.
En West Side Story (2021), se respeta el esquema actancial y el orden de las secuencias de acción. La pareja principal compuesta por Tony (interpretado correctamente por Ansel Elgort, quien sin embargo parece carecer del porte necesario que poseían las estrellas masculinas de la Golden Age) y María (personificada por Rachel Zegler quien posee un gran talento vocal), logra tener buena “química” entre ambos y las escenas de la película que más emocionan son las que comparte la pareja protagónica. Rita Moreno nacida en Puerto Rico, quien interpretó en los ´60 con temperamento y gran talento a Anita, actualiza su texto estrella al interpretar aquí a Valentina, lo que según el esquema actancial sería equivalente al personaje de Doc. A diferencia de lo que parece a simple vista, esta “remake” que podría haber aprovechado para incorporar en su reparto más intérpretes nacidos en Puerto Rico o en países latinoamericanos para despegarse del uso del maquillaje saturado sobre el cast de los Sharks de los ´60, aquí lo cierto es que quizás son descendientes de ellos o alguno de sus padres es nacido allí.
Asimismo, a continuación, se mencionarán algunas de las diferencias principales respecto a la versión cinematográfica de 1961. Primero y principal, acertadamente la versión de Robbins y Wise, tenía a la danza como sistema de signos principal, allí el lenguaje corporal y su coreografía era lo más importante. Recordemos que Robbins se formó con George Balanchine, principal exponente del formalismo. Por ejemplo, a diferencia del filme actual, las peleas eran totalmente coreografías, no había violencia explícita. También se debía a que en los ´60 aún regía la censura del Código Hays (1934-1968), y esto nos da lugar a un segundo elemento importante en el largometraje de Spielberg donde se explicita la consumación del coito entre Tony y María, como así también es representada de forma más contundente la violencia en las peleas masculinas, e incluso en la escena de acoso a Anita. Asimismo, se desarrolla más el pasado delictivo de Tony. Por otro lado, de forma innecesaria se subraya el feminismo a tono con la corrección política actual, puesto que ya en el filme del ´61 las mujeres tenían una participación muy activa y una representación belicosa, e incluso se incluía también un personaje trans. En consecuencia, a pesar del excelente manejo de la técnica y de todos los sistemas de signos que componen una película en una misma dirección por parte del gran Spielberg, es inevitable que nos preguntemos después de la obra maestra del 61 qué aportes trae su lectura de la obra, lamentablemente se considera que muy poco. Quizás su aporte principal sea acercar tan hermosa e inteligente historia a las nuevas generaciones.