Anexo de crítica: El mayor atractivo de esta película del director Neil Jordan no lo constituye sin lugar a dudas la fábula que da pie a esta historia de amor, sino la belleza de los paisajes en los que transcurre la trama que va perdiendo esa ambigüedad necesaria de los primeros treinta minutos para irse afianzando en un terreno mucho más predecible y convencional. No obstante, Colin Farrell y Alicja Bachleda se las ingenian para producir en el espectador esa pequeña cuota de empatía que toda historia romántica necesita. Es destacable, en cuanto a los rubros técnicos, el aporte del director de fotografía Christopher Doyle con unas texturas de imagen que contrastan la claridad del escenario con el gris plomizo del cielo y la inspirada banda sonora de Kjartan Sveinsson...