Las comedias románticas suelen caer constantemente en relatar siempre la misma historia o caer en el cliché constante, con algunas diferencias que las hacen de un modo distintas al resto. El reproducir una narración similar a las anteriores no significa que un film sea malo, sino que la hace perteneciente a un género que tiene sus formas y características que le son propias y, por lo tanto, hay una gran parte del público que a la hora de elegir qué ver busca lo que el estilo tiene para ofrecer. Este jueves llega a nuestras salas “Amor sobre ruedas”, una comedia romántica que responde a su género, pero con un tinte que la hace particular.
Después de la muerte de su madre, Jocelyn, un millonario hombre de negocios y mujeriego, quien, al igual que Barney Stinson, es capaz de utilizar cualquier recurso a mano para conquistar a una mujer, se acerca a la casa de su madre para ordenarla y se sienta en la que fue la silla de ruedas de su progenitora cuando la nueva, bella y joven vecina se acerca para ofrecer su ayuda. Mientras él se plantea cómo acostarse con ella; la mujer se empatiza con nuestro protagonista pensando que es discapacitado y lo invita a una reunión familiar para que conozca a su hermana, Florence, quien también sufre de paraplejia. Siguiendo con su actuación de discapacitado, Jocelyn acude a la reunión y comienza una relación amorosa con Florence, con el peligro y duda constante de que ella se entere de que todo surgió de una mentira.
Si bien no escapa de la típica trama de la comedia romántica, logra, a través de la secuencia de distintas situaciones de la pareja, que nos mantengamos con interés durante toda la narración sin casi aburrirnos. Los personajes están muy bien construidos y sólidos, logrando que entendamos y acompañemos moralmente sus decisiones por más extrañas que sean. También están muy bien trabajadas las relaciones que mantienen con los papeles secundarios y entre sí acorde a las situaciones que van viviendo, consiguiendo generar en nosotros una gran empatía y hasta cariño.
Partiendo de una idea que de por sí es original, cómica y en cierto punto morbosa, el film mantiene este estilo de principio a fin. Con una predominancia del humor de todo tipo, desde gags simples a chistes que juegan con las discapacidades o que requieren agilidad mental para entenderlo, logra que no nos aburramos y disfrutemos por completo el largometraje con una sonrisa que por momentos se convierte en carcajada.
En conclusión, “Amor sobre Ruedas” es un film que responde de la mejor manera al género de la comedia romántica sin proponer nada nuevo a éste, pero sí enriqueciéndolo para quien gusta de este tipo de cintas. Su punto fuerte está en la construcción de los personajes, los vaivenes de las relaciones que mantienen entre sí; siendo su mejor elemento el humor.