La nueva pelicula del realizador de “Hortensia” cuenta una extraña historia que mezcla romance adolescente con drama familiar y que recuerda tanto a las antiguas tiras cómicas como por momentos a la animación. Un curioso y disfrutable ejercicio de estilo.
La nueva pelicula del realizador de HORTENSIA lleva aún más allá la experimentación formal de aquel filme para contar una historia en un formato deliberadamente artificial que recuerda tanto a las novelas gráficas y tiras cómicas como por momentos casi a la animación. El filme está hecho con decorados y retroproyecciones con un diseño visual y fotográfico de Willi Behnisch que nos hace dar la impresión que estamos viendo cobrar vida a las páginas de alguna historieta de antaño. Esa fuerte decision formal, sin embargo, no lo transforma en un filme experimental ni mucho menos. Es la apoyatura audiovisual para una trama absolutamente clásica de primeros amores y romances juveniles. Sí, otro coming of age…
La película de Lublinsky transcurre en un pueblito llamado Resignación en una época indeterminada (podrían ser los primeros ’60 por la ropa y los ’80 por la musica pero mejor es pensarla en un tiempo pasado abstracto) y se centra en un chico enamoradizo y tímido al que le gusta una chica que está un poco “traumada” con respecto al sexo por lo que parece haberse inventado una enfermedad para no hacerlo. AMOR URGENTE ingresa narrativamente en una zona potencialmente riesgosa cuando ambos deciden qué hacer para resolver ese problema, pero logra salir bien parada de esa situación gracias al humor y la inocencia con la que está planteada.
El colegio y sus conflictos, los dramas familiares y los amigos no del todo confiables son los elementos que rodean narrativamente a las idas y vueltas románticas de Pedro y Agustina, dos chicos que se gustan pero que no tienen idea qué deben hacer ni cómo para encaminar un relación en medio de las presiones que los rodean. Se trata de una película simpática, amable, ingeniosa y un ejercicio formal que, una vez que el espectador se adapta, se disfruta como un elemento más y muy efectivo de la propuesta.