Esta es una comedia romántica y delicada que nos habla sobre la adolescencia. Todo transcurre en un pueblo llamado “Resignación” (un lugar lo ficticio), los principales personajes son un grupo de amigos, ellos suelen andar en bicicleta, hacen caminatas, organizan bailes y concurren a la única escuela del lugar. Ellos tienen distintas inquietudes típicas de la edad y hablan del amor, del debut sexual, el primer amor, son ingenuos, sacan a la luz sus miedos, sus temores y su inocencia.
Uno de estos jóvenes es Pedro (Martín Covini, actor debutante) tímido, amable, apocado y vive hace un tiempo en ese lugar. Su cuerpo se siente movilizado cuando llega Agustina (Paula Hertzog, “Ciencias naturales”) quien junto a su madre Irene (Paola Barrientos, muy buena interpretación, su presencia siempre rinde), instala un negocio para vender lencería y la conocen como “la Reina de la lencería” quien al poco tiempo mantiene un romance con el intendente (Fabián Arenillas) algo dictador y mujeriego.
Pedro y Agustina comienzan a compartir distintos momentos, ambos se sienten atraídos, tienen la necesidad de estar juntos, sus hormonas se movilizan, al igual que el resto de los adolescentes, todos expresan sus inseguridades y van surgiendo una serie de situaciones tiernas que resultan muy graciosas para el espectador.
Los chicos no usan ni computadora, ni celulares, son espontáneos, tranquilos, curiosos y buscan nuevas experiencias. Estamos frente a una comedia blanca con una estética y ambientación novedosa, las actuaciones de los jóvenes resultan naturales, con un ritmo ágil, diálogos sencillos, con situaciones absurdas y muy divertida.