¿Cómo hace un hombre para vivir sin una mujer (y viceversa) en la sociedad inglesa del siglo XVIII? No pueden. No sólo por los diversos vínculos que pueden haber entre ellos sino por su interacción cotidiana. Jane Austen tenía muy claro esto y por ello explora y juega de diversas maneras con sus personajes para que siempre terminen juntos, pero no sin antes pasar por altercados y complicaciones fascinantes de vivir. No es la excepción con Lady Susan que Whit Stillman adapta con fidelidad e ingenio. Las descripciones iniciales de sus personajes condensan en un gesto y una frase las personalidades que veremos a continuación. Nos encontramos, así, ante la adaptación de una sátira que cuestiona desde distintos ángulos las acciones de una mujer, Lady Susan, decidida a sobrevivir a los obstáculos sociales.
Con un humor muy refinado e ironía, Amor y Amistad (Whit Stillman, 2016) retrata la vida en sociedad de Lady Susan y sus triquiñuelas para mantener a flote a su hija y a ella. Desde el comienzo, los diálogos están cargados de un humor que desnuda las costumbres de la sociedad de esa época al poner de relieve los roles de la mujer frente al hombre. Lady Susan complota con Alicia Johnson (una divina Clhöe Sevigny) sus planes para atar a un hombre y a otro para ella y su hija. Vemos así las estrategias de Lady Susan más que para seducir, para manipular a los hombres.
Aunque el filme está exento de planos memorables, sí tiene actuaciones valiosas como la de Chlöe Sevigny haciendo de Alicia y Tom Bennett de Sir James Martin. La primera aprovecha la ironía de su personaje para enriquecer su actuación con gracia y mordacidad a la vez. El segundo es el comic relief de la historia, quien condimenta los enredos de la trama con un humor más evidente. No obstante, quien no termina de convencer es Kate Beckinsale que aborda su Lady Susan con obviedad y amaneramiento, olvidando los matices que puede tener una mujer manipuladora.
Otro de los aspectos fascinantes de la película es el vestuario. Con tonos estridentes, cada vestuario esboza el rol del personaje dentro de la historia. Lady Susan viste colores más opacos, incluso viste de negro, porque en el fondo, es la más dominadora de todos. Ella es quien controla a los demás personajes, sea intencionalmente o debido a circunstancias ajenas a ella. Por su parte, la música de Benjamin Esdraffo enriquece las escenas con coros que generan expectativa y dinamizan la acción. Atrás no quedan los sets y decorados de época que muestran con opulencia el nivel social de cada familia. Cumplen un papel primordial porque además Lady Susan se muda en diversas ocasiones y, así, podemos detallar sutilmente hasta dónde tiene que descender el personaje hasta acomodarse. Al final, lo importante no es quién queda con quién aunque eso parezca lo relevante en las obras de Jane Austen, sino los variados estados por los que pasan sus personajes femeninos, no sin una pizca de humor, para alcanzar lo que en el fondo desean.