Basada en la novela epistolar de Jane Austen, “Lady Susan” (publicada de forma póstuma en 1871), Amor y Amistad, se permite ciertas licencias para hacer de una película de época algo placentero y entretenido. Ejemplo de esto es el modo en que los personajes son presentados, a través de alguna característica que defina su personalidad, otorgándole un carácter cómico y descontracturante al relato.
Luego de enviudar, Lady Susan Vernon (Kate Beckinsale) queda en las ruinas, junto a su hija Frederica (Morfydd Clark). Inteligente y calculadora al extremo, esta homeless del siglo XIX, toma una decisión: irse a vivir junto a la familia de su cuñado en el palacio. Cuando le llega una carta con la noticia a Lady Luckyman -su concuñada- la mujer huele algo raro, sobre todo, porque la reciente viuda nunca se preocupó siquiera por conocer a sus sobrinos.
Los rumores acerca de la reputación de Lady Susan son diversos y ninguno parece faltar a la verdad. Mientras hay quienes hablan de su carácter seductor e impostor, otros lo hacen acerca de sus aventuras amorosas. Encantadora en los tratos, suave en sus gestos, con una sonrisa continua en su rostro, la mujer llega a Churchill decidida a quedarse una temporada junto a su familia política hasta encontrar una solución para su economía.