DESCARO Y MALICIA
El nuevo milenio vio una fiebre Jane Austen. Por algún motivo las obras de esta autora de comienzos del siglo XIX tocaron alguna fibra, engancharon con la sensibilidad del siglo XXI, y las adaptaciones fílmicas y televisivas aumentaron exponencialmente. Según el sitio IMDB, de 67 adaptaciones contabilizadas, 33 se produjeron del 2000 para acá. Lo cual no deja de ser un dato estadísticamente significativo teniendo en cuenta que la primera data de 1938. Es cierto que el nombre Jane Austen puede hacer levantar la ceja en señal de desconfianza. No por su culpa, claro, sino porque unas cuantas de estas adaptaciones terminan en rutinarios y pomposos relatos de época concebidos para la admiración de la fotografía y el diseño de vestuario (no contamos algunos delirios disparatados como Orgullo Prejuicio y Zombies, de 2016).
A bajar la guardia. Amor y Amistad es otra cosa, totalmente alejada del Qualité, gracias a su ligereza, su frescura y su sentido del humor. El film de Whit Stillman es una rareza en principio porque elige una pieza poco conocida de su autora, publicada de manera póstuma, que a diferencia de otros títulos como Orgullo y Prejuicio, Sensatez y Sentimientos o Emma, que tuvieron numerosas adaptaciones, es llevada por primera vez a la pantalla. Su título original es Lady Susan, y el de Amor y Amistad está tomado de otra obra, aún menos conocida. Este trueque no parece inocente dado el tono, no solo porque parece referenciar de manera burlona otros títulos de Austen consistentes en un par de emociones profundas, sino porque la presencia del amor y la amistad en esta historia es algo por lo menos cuestionable.
La Lady Susan en cuestión, interpretada con mucha gracia por Kate Beckinsale, es una viuda joven, no se diría alegre pero sí bastante descarada y decidida. Su posición social, todavía al límite de lo aceptable pero pendiente de un hilo, la lleva a elaborar un plan para conseguir un marido para su hija adolescente y, de paso, uno para sí misma. De ser posible “rico y tonto”. Plan que va a ejecutar con admirable destreza y para el que va a contar con la colaboración involuntaria de miembros de su familia política a quienes va llevando de la nariz pese a su eventual protesta. Se trata de una mujer inteligente, que es también arribista y manipuladora pero ciertamente cautivante. Claramente no es una heroína, pero uno no puede dejar de simpatizar con ella, reírse con sus observaciones agudas pero certeras y desear, en fin, que se salga con la suya. Y aquí entra lo interesante del retrato de época. Después de todo, ante la debilidad de su posición social, Lady Susan manipula y dirige pero a fin de obtener lo que la misma sociedad que la juzga le exige, lo que la convierte en una sobreviviente.
Si el título parece una ironía es porque el amor aparece aquí como excusa para el interés y porque la única amistad que se percibe como verdadera es la de Lady Susan y Alicia (Chloë Sevigny quien vuelve a juntarse con Beckinsale desde Los últimos días del Disco, de 1998, también de Stillman), una relación de complicidad plagada de comentarios maliciosos para con el resto de la sociedad. Y es que el fuerte del film son los diálogos, rápidos, picantes, irónicos, siempre con un subtexto o una segunda intención. Mérito de Stillman ya que el original es una obra epistolar.
Stillman echa mano además a recursos propios del cine mudo como la presentación de personajes, enmarcados en un iris, con descripciones escritas como “un hombre divinamente atractivo”, “su esposo por obligación” o “ayuda a empacar y desempacar”, que señalan que en esta sociedad de apariencias nada debe ser tomado muy en serio. Este rechazo de la pomposidad y la afectación, su desfachatez y descaro es lo que distingue a esta película y la convierte en una experiencia fresca y disfrutable.
AMOR Y AMISTAD
Love & Friendship. Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda, Francia. 2016.
Dirección: Whit Stillman. Intérpretes: Kate Beckinsale, Chloë Sevigny, Morfydd Clark, Xavier Samuel, Emma Greenwell, Stephen Fry, James Fleet, Jemma Redgrav y Tom Bennett, Guión: Whit Stillman, basado en la novel “Lady Susan” de Jane Austen. Fotografía: Richard Van Oosterhout. Edición: Sophie Corra. Música: Benjamin Esdraffo. Duración: 93 minutos.