El romance entre Jane Austen y el cine es casi tan apasionado como la obra de la autora supo cosechar su audiencia cautiva en el momento que cada nueva novela era esperada con ansiedad tiempo atrás.
Basada en esta oportunidad en un cuento corto llamado “Lady Susan”, “Amor y Amistad” de Whit Stillman, recupera cierto tipo de cine histórico que se nutre de una narración plagada de locaciones bellas y un vestuario acorde para terminar plasmando el espíritu de una época en la que todo era mucho más complicado y las apariencias eran aún más importante para la sociedad que aquello que realmente se poseía.
Así, Stillman, persigue a Lady Susan (Kate Beckinsale) por bellos jardines y palacios mientras urde conspiraciones y planes para que la alta sociedad inglesa pueda seguir con sus lazos sin que ningún recién llegado se codee con ellos, y en esa persecución o pesquisa, termina por, de alguna manera, contradecir todo aquello que caracteriza a Austen como escritora, ya que, con el afán de innovar termina por construir un relato mucho más cercano a la comedia que al drama y la épica que las páginas de “Lady Susan” contenían.
Susan llega a la casa de su cuñado y queda impactada por Reginald (Xavier Samuel), un millonario y apuesto caballero en el que depositará todos sus anhelos para superar rápidamente la soledad en la que la reciente viudez la ha colocado.
A su vez, convencerá a su hija Fredrica (Morfydd Clark) para que se case con un adinerado allegado a ella, a pesar que ésta no lo ame y se lo diga a viva voz. Pero Susan es manipuladora, fría, calculadora, y antes que quedar en la pobreza desea profundamente que alguna de las dos pueda convencer a alguno de los millonarios para asegurarse un presente y un futuro plagado de lujos y recursos.
Y para sumar tensión a ese conflicto, una serie de personajes secundarios aportarán lo suyo para que Susan o bien no pueda cumplir con su cometido, o bien termine en los brazos de otros caballeros que sean no tan ricos, pero sí más honestos con sus sentimientos.
El principal problema de “Amor y Amistad” no es tanto las actuaciones, al contrario, en el denodado esfuerzo de ellos por transmitir a partir de los diálogos el espíritu de época se termina por consolidar desde ese lugar la propuesta, el problema del filme radica en la poca consistencia de la narración a partir de la incorporación de elementos modernos que terminan por acercarla a una comedia de equívocos sin respeto por el original que adapta.
Stillman ha sabido configurar una obra sólida y moderna, con relatos que, desde la colaboración de musas recurrentes en sus filmes, como Beckinsale y también Chloe Sevigny (en un papel secundario aquí), y su particular mirada sobre diferentes momentos históricos, supieron erigirlo como uno de los cineastas más influyentes de los últimos tiempos.
En “Amor y Amistad” todo aquello que lo ha caracterizado y que supo conseguirle una serie de admiradores, está ausente, y ni siquiera el dinamismo de los diálogos le permiten superar el tedio con el que termina de configurar la película.
“Amor y Amistad” es una fallida adaptación de Austen, que supo contar con ya clásicos como “Sensatez y Sentimientos” o “Persuasión” y “Orgullo y Prejuicio” con un acercamiento logrado, y que en esta oportunidad ni siquiera su emparentamiento con “Relaciones Peligrosas” hace que uno se interese por la propuesta.