El dolor del gran amor
Del amor en la tercera edad se pueden hablar muchas cosas y se han filmado un montón. Quizás pocas veces con tanta crudeza se muestra una increíble historia de amor tan dolorosa y tan enternecedora. “Amor” narra la historia de George y Anne, un matrimonio de ancianos que de repente comienza a sufrir con la enfermedad de ella que empieza con una parálisis del lado derecho y poco a poco la irá consumiendo. Georges, mientras tanto, deja el resto de su vida en el cuidado de su esposa y en el tratar de aliviarle, no solo el dolor físico, sino la angustia de quien se ve como se va marchitando.
Un film con una carga de amor increíble, con un trabajo actoral de Jean-Louis Trintignant y, en especial, de Emmanuelle Riva realmente maravillosos. “Amor” tiene un solo problema y es su duración. Es un film de más de 2 horas donde su director parece regodearse en la crudeza del relato y en la angustia que desde la pantalla baja al público. Es una película que hace que el espectador salga con una tristeza muy grande. Uno sabe que el cine, y sobretodo Haneke como director, transmite ni más ni menos, que lo que sucede en la vida, pero tampoco es bueno querer machacar sobre un sentimiento y sobre un dolor y estirarlo como para penetrar y, a toda costa, hacer que quien esta frente a la pantalla se retire llorando o deprimido. Si no hubiera sido por la duración que Hanecke hace para regodearse sobre el dolor, “Amor” sería una película casi perfecta.