Agonía prolongada
Michael Haneke construye en "Amor" una película dura y potente sobre las penurias de un matrimonio octogenario donde la mujer sufre de una poderosa enfermedad que progresivamente la va consumiendo hasta terminar en la cama paralizada y sin razonamiento. Un relato pausado, seco y distante donde los cuidados cotidianos del marido hacia su mujer imperan en una historia cuya tragedia resulta tan simple como conmovedora.
A partir del inicio uno ya se entera de como termina la historia. Un grupo de bomberos entran al departamento y encuentra a la mujer muerta en su cama. De ahí en adelante la trama retrocede al comienzo para concentrarse en como la infortunada mujer va empeorando día a día y como su marido la va acompañado y cuidando en todo el proceso. Una historia narrada a través de la agonía, el silencio y la impotencia cuya extrema pasividad muestra la desgracia de un proceso que no termina y sigue extendiéndose en el tiempo.
Una película que fácilmente puede caer en golpes bajos hacia el espectador, pero que eficientemente los evita y construye un relato de sutilezas y detalles para descubrir de forma lenta y constante una actividad cotidiana que ahoga a los protagonistas. Es a través de los distintos cuidados realizados por el marido, donde la película brilla y allí ambos personajes exhiben de manera asombrosa e implícita su dolor.
Sin embargo, "Amor" no logra evitar mostrar su lado más manipulador y grotesco en diálogos donde una enfermera insulta de manera aberrante al protagonista o escenas en las cuales una paloma entra por la ventana. Todos estos momentos le sirven al realizador para poder darle un poco de respiro al espectador, pero también en ellos se esconde una intención manifiesta de imponer algunas interpretaciones en él. Así es como la película necesita que la protagonista le implore a su marido no volver nunca al hospital para que se remarque el amor que él siente por ella al mantenerla en su casa. Incluso la presencia de un sueño extremamente superficial o la negativa de no hablar del tema en la casa se presentan como momentos impuestos y forzados que buscan la empatía inmediata del espectador. Detalles que pueden no ser determinantes a la hora de valorizar en su totalidad a la película, pero que si desentonan en un relato que busca ser extremadamente realista y sutil.
Atención se revela el importante giro final de la película
Asimismo "Amor" presenta en su desenlace una conclusión impropia del concepto idílico del amor que intenta plasmar. El conflicto no es la utilización de la almohada (algo casi fantasioso) u otro método parecido. El problema es la forma como el momento se desenvuelve. Esa reacción tan imprevista, llena de violencia y bien bruta, encierra una actitud más propia de un deseo homicida que de amor. Si bien el protagonista se desploma sobre la almohada en clara señal de tristeza, hay en esa acción suya más expresión emocional que en cualquier otra situación. Incluso la propia escena en un cierto punto es ajena al modo narrativo impuesto por la película, cuyas secuencias se desarrollaban con un ritmo casi ceremonial, lo cual revela ser un acto impulsivo y egoísta.
Finalmente, "Amor" resulta ser un toda una experiencia hermosa pero muy sufrida sobre las diferentes ambigüedades que genera la situación. Un relato medido y calculado de casi nulas sorpresas dispuesto a llevar al espectador por toda la cadena de reacciones que implican tener a un conocido en esas condiciones. Muy fuerte y desconsolador donde el amor demuestra ser indispensable.