Nazareno Anconetani con sus 91 años atesora el oficio casi extinguido de constructor de acordeones, tradición que aprendiera de su padre Giovanni, que llegó a la Argentina desde Ancona, Italia, en 1918. La alegría de Nazareno y la magia de sus relatos, nos transportan a un pasado en donde el esfuerzo y el trabajo eran un celebración cotidiana de la vida.