The Angry Birds Movie hizo algo que para muchas adaptaciones de videojuegos resulta imposible: ser una buena película. Se suele hablar de una maldición con este tipo de transposiciones, dado que muchos han fracasado allí donde esta triunfó. No es que sea una obra maestra, pero es un producto animado más que digno, inspirado en una franquicia cuyo argumento es nulo y que no tenía héroes o villanos bien delineados por fuera de la especie a la que pertenecían. Se le dio entidad a los protagonistas y antagonistas, a partir de la idea base –los cerdos se roban a los huevos- se planteó una historia y trabajó en ella un sólido grupo de animadores, en tanto que se convocó a un importante equipo de voces provenientes de la comedia y se escribió un guion dinámico, cargado de humor. Se hicieron los deberes y el resultado fue óptimo, con un importante paso por la taquilla mundial que la convirtió en uno de los films de jueguitos más exitoso de la historia. Por supuesto que una segunda parte estaba más que garantizada, pero el pájaro no cae dos veces en el mismo lugar…