Después de la excelente Lego Movie, los Angry Birds llegan dispuestos a derribar el prejuicio de que nada bueno puede salir a la hora de adaptar un juego a una película. Básicamente, se propone divertir, y lo consigue.
Con todo el sarcasmo y los chistes que surgen de una situación jugosa, la del pájaro Red, escéptico y malhumorado, obligado a adaptarse a una comunidad naif y biempensante hasta la exasperación. Tanto, que abren los brazos a los cerdos verdes que los visitan, no precisamente con buenas intenciones.
Entonces habrá acción, aventuras, un guión disparatado, pero sobre todo mucho humor que hará reír con ganas a grandes –la versión original vale la pena- y chicos. La versión original, con las voces de Peter Dinklage y Sean Penn, vale la pena.