Los locos de Buenos Aires
Ánima Buenos Aires (2011) es una película compuesta por cuatro episodios animados – dirigidos por referentes del género indie local- que tratan con humor e ironía ciertos aspectos de la ciudad porteña y la fauna que la compone.
Con dirección general de María Verónica Ramírez, y un seleccionado de animadores integrado por Caloi, Pablo Rodrígez Jauregui, Pablo Faivre, Florencia Faivre y Carlos Nine, Ánima Buenos Aires presenta cuatro cortometrajes independientes entre sí, entrelazados con separadores que muestran a una pareja de bailarines de tango -realizada en stencils bajo la batuta creativa de Juan Pablo Zaramella y Mario Rulloni- que va recorriendo diferentes espacios típicos de Buenos Aires.
La primera historia denominada Meado por los perros, y la más interesante narrativamente, está dirigida por Pablo Faivre y Florencia Faivre. En ella se cuenta la historia de un carnicero de barrio que ve como su negocio se viene abajo tras la instalación de un supermercado multinacional. A pesar de usar el ingenio y tratar de modernizar su local el comerciante no conseguirá salir adelante, aunque un hecho desgraciado hará que su suerte cambie y pueda reinventarse. Los realizadores no solo retratan desde el humor negro la crisis de los comerciantes barriales ante la instalación de las grandes cadenas de supermercados, sino que además realizan una crítica a los medios de comunicación cuyo discurso se va adaptando de acuerdo a los propios intereses y no a los del pueblo, un tema muy en boga en la actualidad.
Pablo Rodrígez Jauregui presenta Claustrópolis, una historia de amor-amistad infantil que plantea a través de un onírico viaje en subte un recorrido por los lugares más emblemáticos de la ciudad, con la particularidad de contar con la visión un niño que pasa su vida encerrado en un departamento y una niña de la calle. Las reacciones serán diferentes ante lo que cada uno ve como el impacto que provoca lo desconocido para uno y lo conocido para el otro.
En Bu-Bu Carlos Nine se mete con el policial negro y una historia de malhechores que cambian delitos por caramelos en los diferentes barrios de la ciudad. Bu-Bu es de los cuatro trabajos el único que tiene voz (narrado por Horacio Fontova) y que mezcla animación con realidad.
Mi Buenos Aires herido es el último episodio y está dirigido por Caloi y María Verónica Ramírez. Ambientado en un típico bar porteño, un grupo de tangueros que aman a una misma mujer van recorriendo la historia de Buenos Aires, desde su fundación hasta nuestros días, mientras recuerdan a la mujer soñada.
Un punto a destacar es la utilización de la música compuesta por Rodolfo Mederos, Gustavo Mozzi y Fernando Kabusacki, que ante la ausencia de diálogos funciona como un protagonista más de la historia, siendo determinante en la marcación del crescendo dramático y la generación de climas.
Cómo en toda película compuesta por diferentes trabajos y miradas el resultado es heterogéneo, sobre todo en lo narrativo. Aunque en un todo hay que destacar el buen nivel dentro de una técnica que año tras años va creciendo más, y que en este caso sirve para dar un pantallazo de lo bien que se pueden hacer las cosas sin contar con grandes recursos económicos.
Ánima Buenos Aires narra cuatro historias bien nuestras desde la visión de un grupo de autores argentinos que están apostando fuerte a un género que sin dudas en no mucho tiempo más va a dar que hablar en el mundo entero, o mejor dicho que ya lo está haciendo.