Animal es la segunda película del cineasta argentino Armando Bo II, director de la recordada El último Elvis, y guionista de Biutiful y Birdman, ambas dirigidas por el mexicano Alejandro González Iñárritu. Al igual que en los tres casos mencionados, Armando Bo II (hijo del actor Víctor Bo y nieto del también director de cine Armando Bo) cuenta en el armado de guión con la colaboración de Nicolás Giacobone. No obstante, el foco de interés de este estreno recae naturalmente en su protagonista: Guillermo Francella.
Animal inicia mostrándonos mediante un plano secuencia la apacible y calculada vida que lleva Antonio (Francella), con su mujer (interpretada por Carla Peterson) y sus hijos. Se muestra como un hombre de costumbres, de actitud conservadora, apegado a hacer lo establecido, y al que le gusta mantener sus cosas en un orden absoluto. Una situación inesperada, que toca nada menos que su propia salud, logrará desestabilizar su mundo y su tranquilidad. La necesidad de un riñón, y la larga espera de dos años, irá transformando progresivamente el carácter de Antonio, que como epílogo de tal instancia, tendrá la posibilidad de que su propio hijo le done uno de sus riñones, pero a último momento sea atacado por el pánico y abandone la idea. Este suceso efectivamente golpeará al protagonista, que acogido por la injusticias que sufre por un sistema médico que lo deja en una espera que parece interminable, escoge una opción por fuera de lo legal, algo que a lo largo de su vida jamás había hecho. La determinación en cuestión lo llevará a acercarse a Elías (Federico Salles) y Luly (Mercedes De Santis), dos personajes algo desalíneados, que a medida que avance la historia, estarán más próximos a terminar por enloquecer al ya amedrentado Antonio, que a darle realmente una mano, complicando inclusive aún más su tan pacífico entorno familiar.
Desde sus minutos iniciales, Animal nos invita a adentrarnos en la historia, con una puesta en escena de altura, una fotografía y trabajo de cámara precisa, y una musicalización certera. El trabajo de guión, y las actuaciones, colaborarán en esta idea de introducirnos en el relato, porque de alguna manera algo de todo lo expuesto llega, y hace tomar partida a uno de lo sucesos que van aconteciendo. Si bien en algún momento la película carece de cierto ritmo, no podemos negar que el foco de tensión siempre está presente, logrando Armando Bo II un crecimiento progresivo, y que cada personaje se vaya transformando´o mostrando su verdadera naturaleza, a medida que avanza la cinta. El mensaje también es claro, respecto de que valor tiene seguir las reglas, cuando mucho de lo que uno prevé o intenta calcular, puede desbordarse inmediatamente por un golpe inesperado del destino.
Al margen de que Animal está enfocado en el personaje interpretado por Guillermo Francella, el elenco que lo rodea cumple con creces, tanto Carla Peterson, como Salles y De Santis, así como en los momentos que aparece Gloria Carrá. Podemos citar algunas referencias previas, como Horas de terror (Funny Games) de Michael Haneke, la versión de Cabo de miedo de Martin Scorsese, o la más reciente El sacrificio del ciervo sagrado de Yorgos Lanthimos, pero más que nada por momentos puntuales, que por una cuestión de ideal global. Por ende, Animal se presenta como una opción válida, que retrata al menos un poco el momento actual del cine argentino, que en algunas producciones muestra un trabajo en su conjunto hecho con precisión y buenas labores generales.