Es temprano en la mañana y comienza el ritual diario de la familia Decoud. Al son de música clásica extradiegética, la cámara ofrece un plano secuencia bien pensado que recorre los ambientes del hermoso hogar en el que viven, visita a cada uno de los integrantes y da cuenta de una armonía alcanzada por su repetición diaria. La vida de Antonio es perfecta, algo que logró tras décadas de esfuerzo y trabajo duro. Tiene un buen empleo, esposa e hijos que lo aman, una importante camioneta y una casa de lujo. Se ejercita, por supuesto que tiene tiempo para trotar por la bella Mar del Plata, y es en plena corrida que su mundo se detiene y se derrumba. Su rutina se ve completamente alterada luego de un evento imprevisto que lo sacude hasta los cimientos de su ser, algo que la campaña promocional logró mantener bien resguardado.