En la segunda parte de una serie que incluirá otras tres películas, la guionista y productora J. K. Rowling cambia totalmente el estilo del film original para relacionar las andanzas del zoólogo experto en animales fantásticos, interpretado por Eddie Redmayne, con detalles relacionados con el universo de Harry Potter. Empezando por Jude Law, que personifica a una versión joven de uno de los maestros esenciales en la historia de Potter, que habíamos conocido como un profesor anciano interpretado por Richard Harris.
La historia comienza en Nueva York, con una vertiginosa fuga del maligno mago Grindelwald. Interpretado por un no siempre aprovechado Johnny Depp, este personaje intenta una especie de revolución fascista para dominar el mundo de los magos y esclavizar a los humanos. Para combatirlo, los mismos personajes del film anterior viajan a Londres y a Paris, lo que le da al asunto un tono de thriller de intriga de espías sobrenaturales bastante original pero a veces algo complicada. Hay escenas oscuras y siniestras, y algunos toques de humor bienvenidos en medio de tantas situaciones ominosas. Los efectos especiales dan lugar a imágenes asombrosas diseñadas para agregar algo nuevo al universo mágico de la Pottermania.