Desde su título, Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald da cuenta del curioso collage que se puso en funcionamiento para seguir al desarrollo del universo Harry Potter. Originalmente prevista como una trilogía, a meses del estreno de la primera parte se resolvió que en total serían cinco películas y ese ensamble se nota. Hay dos partes en funcionamiento, la de los animales fantásticos a cargo de Newt Scamander, y otra que se vincula al ascenso del mago tenebroso del título, lo que será el combustible de las próximas entregas de la franquicia. El nexo entre ambas puede ser conflictivo, la anterior sorteó esas dificultades al concentrarse principalmente en el primer factor, con lo que esta tenía una parada algo más difícil. No se puede decir que salga airosa. La visita al mundo mágico por sí sola no alcanza. Puede que sea suficiente para los potterheads, de hecho a muchos les explotó la cabeza con las sorpresas del argumento, pero en términos cinematográficos dejó mucho que desear.