La nueva entrega de Animales fantásticos, escrita por J.K.Rowling y dirigida por David Yates, continua con los personajes de la primera película, casi en el mismo lugar donde los dejamos. Newt Scamander (Eddie Redmayne) regresa a Londres y se encuentra imposibilitado de seguir viajando con sus criaturas mágicas por el mundo, ya que, por todo los estragos que causó en Nueva York, recibe una sanción que se lo prohíbe. Sin embargo, muy pronto se le presentarán las razones que le harán romper su castigo para dirigirse a París junto a su amigo Jacob Kowalski (Dan Fogler), con el fin de encontrarse nuevamente con el joven Credence (Ezra Miller), responsable del Obscurus que Newt persiguió en su anterior viaje.
Scamander asume los riesgos del viaje a pedido de su amigo y ex profesor, Albus Dumbledore (Jude Law). Èste lo incentiva a ir en busca del muchacho con el fin de anticiparse a los planes del malvado y extremadamente poderoso mago, Gellert Grindelwald (Johnny Depp), quien ha escapado de Azkaban con la intención de convocar a sus fieles seguidores para concretar su visión de dominio sobre el mundo muggle. Grindelwald planea atraer a Creedence a su bando, ya que, gracias a su Obscurus, es el único mago capaz de enfrentarse a Dumbledore. Credence, por su parte, se encuentra en búsqueda de sus orígenes, no solo para conocer su historia, sino porque hay rumores y teorías que sostienen que su identidad es de gran importancia para la comunidad mágica.
En Animales Fantásticos: los crímenes de Grindelwald, recordamos la habilidad que posee J.K.Rowling para crear un mundo complejo y extraordinario, así como para entretejer múltiples historias que se van desplegando a medida que avanza el film. La intriga se mantiene desde muy temprano al introducir en la trama diversos interrogantes relacionados con la verdadera identidad de sus personajes y su historia familiar. Esta dinámica genera relaciones temporales que logran conectar personajes y sucesos tanto de Animales Fantásticos como de Harry Potter. Es realmente un deleite para los fanáticos de la autora ir rastreando estos vínculos que les permiten armar especulaciones y teorías acerca de las intenciones de los personajes y sus posibles desenlaces. Esta entrega es más compleja y mucho más satisfactoria que la primera, especialmente por el final bomba que hace desear que la próxima película salga ya mismo.