La venganza será terrible
Tom Ford es mucho más conocido como diseñador de moda que como cineasta. Sin embargo, en 2009 fue elogiado por su ópera prima, "Sólo un hombre", y ahora llega con "Animales nocturnos", una película ambiciosa que no siempre está a la altura de sus pretensiones. Después de una brillante secuela inicial, el director nos presenta a su protagonista, Susan, dueña de una galería de arte, rica, deprimida y con un matrimonio en crisis. Un día Susan recibe un libro: se trata del borrador de una novela a punto de ser publicada por Edward, su ex marido, un hombre con el que estuvo casada de muy joven y al que no ve desde hace 20 años. A partir de allí la película se divide en dos partes totalmente distintas: por un lado la realidad de Susan (un melodrama) y por otro la trama de la novela de su ex, un thriller que transcurre en las rutas de Texas y que recuerda a Cormac McCarthy. Sutilmente, y con una gran dosis de suspenso, estas historias de irán uniendo en un único vínculo con el pasado. "Animales nocturnos" es oscura y angustiante, y es capaz de mantener al espectador en permanente alerta, pero la mirada siempre elegante y estilizada de Ford le quita intensidad a la historia. Por suerte este punto débil se ve compensado por momentos por el trabajo de los actores: Amy Adams y Jake Gyllenhaal son una pareja de lujo. Y Michael Shannon también se luce como un detective solitario en medio del desierto.