Más extraño que la ficción
Tom Ford regresa luego de Solo un hombre (A Single Man 2009) con un drama donde se ve fusionado con un thriller negro de venganza por demás fascinante e impecable en cuanto a su construcción.
Susan (Amy Adams) es la dueña de una galería de arte que recibe el manuscrito de la primera novela de su ex marido Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal). A la par vamos viendo una historia sombría acerca de Tony Hasting (también Gyllenhaal) y su familia, en un viaje que cambiará la vida del protagonista de la novela y la de Susan, quien recuerda hechos de la relación con su ex esposo que le trae la lectura de la novela.
Tom Ford hace un trabajo único para contar esta película, donde la narración se desenvuelve entre flashbacks de la relación de la pareja y el doloroso relato de Tony. Es así que la historia resulta ser atrapante y salen a la luz cuestiones como la debilidad, la culpa y la venganza.
Respecto al elenco, es donde mejor se apoya Ford. Jake Gyllenhaal es un monstruo, uno de los actores que mejor sabe elegir sus trabajos y quien nunca pasa desapercibido. Michael Shannon es otro que lleva adelante su mejor interpretación en Animales nocturnos. Genera esa empatía con su personaje que pocas veces sucede. Y Amy Adams pareciera que sintiera al manuscrito que lee como si fuera su propia vida: podemos sentir afinidad por su angustia.
Animales nocturnos es un tipo de film ambicioso y meticulosamente realizado que propone al espectador un tipo de juego, donde se disfruta incluso el hecho de las ambigüedades y la posterior discusión tratando de interpretar las historias.