Lealtad cambiante
Anna (Estados Unidos, Francia, 2019) es un thriller de acción dirigido, escrito y producido por Luc Besson (Nikita, El Perfecto Asesino). Protagonizado por la modelo rusa Sasha Luss, que ya había tenido un papel secundario en la anterior película de Besson, el reparto se completa con Luke Evans (La Bella y la Bestia), Cillian Murphy (Vuelo Nocturno), Helen Mirren, Lera Abova, Andrew Howard (Sin Límites), Eric Godon, Alexander Petrov, entre otros.
Rusia, 1985. Un cazatalentos camina por las calles repletas de negocios hasta que se topa con Anna (Sasha Luss), una joven vendedora de mamushkas. Al notar su belleza inigualable, el hombre le propone un viaje a París para convertirse en modelo. Anna acepta sin dudarlo. Luego de conocer el nuevo lugar donde vivirá y de hacer varias sesiones fotográficas, el jefe de Anna le presenta en una fiesta nocturna a Oleg (Andrew Howard), socio de la compañía. Cuando Anna accede a tener un encuentro privado con Oleg, las verdaderas intenciones de la rubia se harán presentes, las cuales no tienen nada que ver con lo que pensaba el empresario.
Reciclando ideas de sus anteriores películas y con reminiscencias a Red Sparrow (2018), el vigésimo filme de Luc Besson podría durar mucho menos de dos horas si no le tomara tanto el pelo al espectador. Cada vez que en la trama sucede algo “sorpresivo”, la pantalla pasa al negro y retrocede tres años para explicarnos por qué Anna actuó de esa manera. Esto no sería problema si ese recurso se utilizara en la medida justa, sin embargo aquí el “3 años antes” sucede todo el tiempo, siendo demasiado repetitivo y no permitiendo que el espectador pueda tomarse en serio a la historia.
Con un guión lleno de diálogos inverosímiles que llegan a dar vergüenza ajena, al director no parece importarle que sus personajes tengan un buen desarrollo narrativo. A pesar de que la protagonista tiene un trasfondo y luego fuertes deseos de libertad y protección, la misma nunca llega a ser creíble en su rol, notándose que no tiene experiencia en la actuación. Por otro lado, resulta imposible creerse que esta mujer rusa es tan ágil, rápida y fuerte, ya que nunca se nos la muestra teniendo el respectivo entrenamiento.
Redundante en sus explicaciones, Anna es un cliché tras cliché de películas en donde las agencias de gobierno enemigas se disputan el poder y una persona va cambiando sus lealtades de acuerdo a lo que le conviene. Inexplicable como es que actores de la talla de Helen Mirren o Cillian Murphy se prestan a tan flojo guión. Aunque tiene alguna que otra buena escena de acción, el nuevo filme de Besson es el claro reflejo de que, en estos tiempos, las ideas originales escasean.