Ama-San. Tiene la particularidad de ser una propuesta rodada en Japón por una directora portuguesa, que retrata a un grupo de pescadoras tradicionales que dividen claramente sus días entre el trabajo y el placer, placer por la música, por la comida, por estar en familia. En la película los hombres se esfuman y las mujeres avanzan en el día a día sin siquiera tenerlos en cuenta. Entre los dos mundos Varejao consolida una poética alegoría sobre la vida y el peso que en ella debe tener el ocio.