¿Una nueva Chuky?
Dentro del género de terror existen varios elementos que resultan atractivos, resulta efectivo lo que es poseído, como lo fue el muñeco “Chucky” ya pasado de moda. En esta oportunidad se trata de un spin-off de la exitosa “El conjuro”, de James Wan, que recaudó más de 318 millones de dólares con un presupuesto de unos 20 millones.
Para darle un mayor efecto a su relato, se cuenta que la muñeca Annabelle se encuentra en un museo dentro de una urna de cristal, (fue fabricada por Raggedy Ann en 1915) y que una mujer le regala a su hija una muñeca de esta marca y comienzan a suceder hechos extraños. Quienes los comienzan a investigar son los parapsicólogos Ed y Lorraine Warren en 1970 y descubren que se encuentran frente a algo que está considerado como uno de los fenómenos paranormales.
Todo gira en torno a John Gordon (Ward Horton) quien está casado con Mía (Annabelle Wallis), que se encuentra embarazada. Ella es coleccionista de muñecas y le regalan una que es antigua, difícil de conseguir y que luce un vestido blanco de novia. Pero el encanto de Mía con Annabelle no durará mucho. El matrimonio pasa una noche horrible, cuando su hogar es invadido por miembros de un culto satánico, quienes atacan violentamente a la pareja. La sangre derramada y el terror no son lo único que el culto deja en esa casa. Todo lo que continúa son una serie de hechos siniestros, catastróficos, llenos de exorcismo y sangre.
Antes de su estreno viene con un fuerte marketing. Desde el comienzo intenta generar suspenso, intriga y terror. Al espectador en algunas secuencias le producirá sobresaltos, escalofríos e interés. El director es un generador de distintos climas, la cámara se sitúa bien en los momentos requeridos y tiene sorpresas, cumplen un rol importante, personajes infaltables como un sacerdote de apellido Perez (Tony Amendola) y un personaje cuyo nombre es Evelyn (Alfred Woodard).
Se ve un breve homenaje a la película “el bebé de Rosemary” solo por la escena que se ve el cochecito del bebé. Todo lo que sigue es previsible y, para aquellos que vimos muchas de este género, no hay tantos elementos que sorprendan. Solo nos resta esperar el 2016 porque esto continúa.