Un musical aburrido y obsoleto.
Annie es una pequeña huérfana de Nueva York cuya vida cambia de la noche a la mañana cuando queda a cargo de Will Stacks, un magnate candidato a gobernador de la ciudad.
Cortame la música
Basada en la tira cómica creada por Harold Gray en 1924 y, más tarde en 1977, adaptada como un musical de Broadway, Annie (1982) fue uno de los últimos trabajo del histórico director John Huston (El Halcón Maltés, El Tesoro de Sierra Madre). A pesar de resultar una película extraña para su filmografía, y con algunas opiniones lapidarias de por medio, el film logró hacerse un lugar entre los musicales más queridos del cine. Lo hayan visto o no es muy probable que conozcan algunas de las canciones, y el personaje de Annie (esa simpática e inocente huérfana pelirroja que se viste haciendo juego con su cabellera) les suene familiar. Pero más allá de todo lo bueno que podamos decir de aquella película, difícilmente la podamos catalogar como un clásico imprescindible del género, sino que más bien es un simpático musical de una época en que la Hollywood lentamente dejaba de producirlos por los indiferentes resultados artísticos y de taquilla.
Esta nueva versión nos llega de la mano de los productores Will Smith y Jay Z, quienes aseguran que no es tan solo una simple remake. Es en realidad "una re-imaginación moderna del querido musical". Al parecer, para ellos, moderna implica simplemente cambiar a la protagonista pelirroja por otra afroamericana, porque ni siquiera se molestaron en actualizar la historia para hacerla sentir más cercana a nuestros tiempos. Aquel robo homenaje que fue Chiquitias de Cris Morena en la década del 90 se siente tan actual como este film.
Si hemos de darle la derecha en algo a los señores productores, es que encontraron en la pequeña Quvenzhané Wallis una protagonista con el carisma y la simpatía suficiente para llevar adelante la película. Pero desgraciadamente nada ni nadie la acompaña. La historia podría haber funcionado perfectamente hasta hace dos o tres décadas atrás, pero hoy se la siente obsoleta. Los personajes secundario son uno más insufrible que el otro, con Jamie Foxx y Cameron Diaz entregando lo que muy probablemente sean las peores actuaciones de sus vidas. Y los números musicales están horriblemente coreografiados, pero mucho peor filmados y montados.
El resultado final es una versión "pogre" de Annie pero solo en apariencia. Es una película sin energía, aburrida, que a pesar de durar algo menos de dos horas se hace interminable. Probablemente los más chicos, entre tantas canciones y baile, encuentren alguna razón para disfrutarla, pero les aseguro que encontrarán muchas más en la versión original.
Conclusión
Como espectador y ferviente seguidor de los musicales, honestamente creo que estamos ante la presencia de lo peor que dio el género desde La Mejor Casita de Placer o, más cercano en el tiempo, Noches de Encanto con Cher y Christina Aguilera en el 2010. Pero mientras que en esos casos, si las vemos con ojos permisivos, podrían funcionar por las razones equivocadas, Annie ni siquiera eso logra. Es una película sin encanto, predecible y fuera de su tiempo, donde lo único rescatable es la interpretación del personaje homónimo y un puñado de canciones, algo que tambien podrán encontrar en el film original de 1982 y que termina por volver a esta versión en una atrocidad que nunca debería haber existido en primer lugar.