Usted, preguntará porqué cantamos
Annie: Usted, preguntará porqué cantamosDos escollos atraviesan el camino sinuoso de Annie, nuevo intento de llevar el musical de Broadway protagonizado por una niña huérfana, quien entonaba que mañana saldrá el sol: un elenco que no sabe cantar –ni bailar- y la indefinición en lo que hace al público que puede colmar las expectativas de los productores, entre ellos Will Smith, ya que estamos ante esa zona gris donde el producto es demasiado soso para adolescentes y muy extenso para niños.
El operativo de aggiornamiento que incluye, desde una banda sonora omnipresente, canciones nuevas, se acomoda a los ritmos del hip-hop y el pop arreglado para melodías al estilo de la serie Glee, aunque claro está sin la calidad interpretativa de ninguno de los involucrados en el film.
Basta con ver el tráiler para saber absolutamente todo sobre el argumento de esta Annie recargada, con todos los tics de la cultura pop incluidos celulares, redes sociales y políticos en campaña capaces de comer el puré de los indigentes para ganar votos. En este caso el encargado de malograr ese rol entre patético y tierno es el interesante Jamie Foxx, un empresario con aspiraciones a convertirse en alcalde de Nueva York, rodeado de un grupo de asesores calculadores y dispuestos a todo en beneficio de su candidato. De ese grupo, se destaca Rose Byrne, a quien le toca el papel transformador a partir de la toma de conciencia de la historia de la huerfanita.
El puñado de canciones que lamentablemente interpreta cada uno de los actores, incluida la protagonista afroamericana Quvenzhané Wallis, quien cumple pero no deslumbra, son directamente proporcionales a la efectividad nula de los chistes cuando el film busca escapar de la solemnidad y adoptar esa frescura que no logra aportar nunca desde la relación entre Annie y su tutor temporal