Estrellas en oferta (fin de temporada)
Me cuesta entender por qué, para qué, para quién hacen una película como Año Nuevo. En principio, hay que decir que en 2010 el veterano (77 años) Garry Marshal estrenó Día de los enamorados, un film coral pletórico de estrellas que fue mal recibido por la crítica y tuvo un aceptable (nada espectacular) desempeño comercial.
Poco tiempo después llega una suerte de "secuela" (al menos de la idea) con Año Nuevo, en la que se redobla la apuesta con uno de los elencos más espectaculares jamás reunidos para narrar una serie de historias ambientadas en Nueva York durante la jornada del 31/12/2011 al 1/1/2012.
La autora (el término aquí es demasiado generoso) es la misma de la flojísima película anterior, una tal Katherin Fugato, que parece haber salido hace minutos de un curso de "cómo hacer tu primer guión"; es decir, una sumatoria (acumulación) de clisés, golpes bajos, situaciones trilladas o inverosímiles, moralejas recargadas que van de lo edulcorado a lo demagógico y lo maniqueo, con diálogos subrayados y todo tipo de cursilerías.
Cuesta también comprender por qué tantos buenos actores (varios de ellos ganadores del Oscar) aceptan semejantes personajes. No creo que necesiten el dinero (que no debe ser mucho en proporción porque el presupuesto del film es mediano) y quizás se trate más bien de una concesión al venerado director de Mujer bonita y Frankie y Johnny, y de un aporte a la ciudad y al espíritu de las fiestas con trabajos que no les demandan más que un puñado de jornadas de rodaje.
En una película de esta calaña (llena de "chivos" burdos como el de Sherlock Holmes 2, espíritu patriotero y hasta con la presencia en pantalla del actual alcalde neoyorquino) nadie se salva, pero hasta me animo a decir que "el menos peor" del elenco es uno de los actores menos "prestigiosos", Zac Efron, que al menos le pone ganas a su joven que debe cumplir los deseos de la frustrada Michelle Pfeiffer (qué triste verla caer tan bajo).
El film es un compendio de lugares comunes sobre temas importantes como el amor, la soledad y la muerte, adornada con "frases célebres" sobre la redención, la reconciliación y las segundas oportunidades (y varios "editados" con fondo musical). Lo mejor que se puede decir de Año nuevo es que es premeditamente grasa, que no esconde lo que propone bajo un manto de cinismo. Para decirlo bien claro: va a los bifes todo el tiempo.
Un Robert De Niro moribundo, Ashton Kutcher como un nihilista encerrado en un ascensor, Hillary Swank obsesionada por mover una esfera, Sarah Jessica Parker sobreprotegiendo a su hija adolescente, Sofia Vergara cumpliendo con todos los estereotipos de la latina, Jon Bon Jovi cantando baladas... Ese es el tipo de personajes que nos "regala" este film, que resulta tan atrapante como ver la alfombra roja durante un preshow del Oscar. La diferencia es que en esos casos la propuesta es gratuita y todos (o casi) están mejor vestidos.