Noche e ideas viejas
Este último film de Garry Marshal (Mujer bonita, El diario de la princesa), al igual que su Día de los enamorados, es un film coral (es decir, una película donde se cuentan varias historias simultáneas), repleto de estrellas, o actores con cierta fama, y lleno de lugares comunes. También, al igual que en el anterior trabajo del director, sobrevuelan aquí viejas ideas optimistas naif asociadas a la redención y las segundas oportunidades posibles en estos días “especiales” y no en otros.
Vale decir en principio que esta no es una película aburrida, pero sí fallida e irregular. Las múltiples historias contadas no generan el mismo interés, las actuaciones son desparejas y su registro de humor biempensante la vuelve un divertimento burgués intrascendente. Marshall toma las vísperas de fin de año en Nueva York, una de las tradiciones más arraigadas en el sentimiento estadounidense, y desde allí cuenta cada una de las historias sin más hilo conductor que la excusa de las fiestas. Por lo tanto, a veces su película se convierte en una colección de sketches, más o menos (o nada), logrados.
Eso sí, con tanta presencia de estrellas, estrellitas y… gente, vale la pena detenerse un poco (sólo un poco) en las actuaciones: Ashton Kutcher, Robert De Niro, Katherine Heigl y hasta Hale Berry están en su registro habitual en estos últimos tiempos, casi a media máquina sin destacarse ninguno; Sarah Jessica Parker, que parece que sólo puede filmar en Nueva York, da la impresión de componer el mismo personaje que para ¿Cómo lo hace?, sólo que esta vez usa suecos; Abigail Breslin está correcta, y además, uno la aprecia por haber protagonizado la genial Tierra de zombies, por lo cual no diré nada más sobre ella.
Sigamos: Michelle Pfeiffer compone una mujer inexplicablemente deprimida y un poco insoportable en una mini historia junto a Zac Efron, que está bastante bien en su rol, aunque el carácter del personaje lo obligue a pasarse de canchero. Por otro lado, tenemos a los cantantes del elenco: Jon Bon Jovi siempre ha sido insoportable (actuando y cantando) y digamos que aquí sigue en esa línea; mientras que Lea Michele crea un personaje muy parecido a su Rachel en la serie Glee, aunque un poco más agradable. Su motor es el canto, tiene una linda y potente voz, y le gusta alardear de su virtuosismo.
El enfrentamiento entre los Byrne y Schwab por tener el primer niño de 2012 es de las historias más divertidas del film. Estas familias están interpretadas por Jessica Biel y Seth Meyers, y Sarah Paulson y Til Schweiger respectivamente. Los cuatro están muy bien en sus registros y en el timing para la comedia.
En la película de Marshall (como en gran parte de su filmografía) se explota al máximo la vieja idea de que el fin de año es momento de balances y un punto de inflexión en la vida de las personas que se atreven a tomar decisiones, y de las segundas oportunidades en la vida. Como si de repente todas las películas para toda la familia de los domingos a la tarde se unieran en una, Año Nuevo habla de la esperanza, pero una esperanza poco real, de libros de autoayuda.
Año Nuevo no se pasa de mala, es fallida e irregular, pero entretiene y a veces divierte. Sin embargo, no podrá escapar a la absoluta intrascendencia y olvido.