El extraño mundo de Charlie
Anomalisa (2015), título mezcla entre las palabras "anomalía" y "Lisa", es la nueva película escrita por Charlie Kaufman y codirigida con Duke Johnson. El guionista de las geniales ¿Quieres ser John Malkovich? (1999), El ladrón de orquídeas (2002) y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004), vuelve a ponerse detrás de cámara tras Todas las vidas mi vida (Synecdoche New York, 2008).
Se trata de una película que explaya su particular universo esta vez en la legendaria técnica de animación Stop Motion versión para adultos. Hay sexo oral, desnudos, y hasta un sex shop animado con la técnica, en una película que baja el pesimismo de su anterior realización y vuelve a la “comedia romántica freak” que lo caracteriza, con un personaje en viaje de negocios que no puede “conectar” con las personas siendo las voces de las mismas un elemento particular para su psiquis.
Michael (voz de David Thewlis) es un hombre de mediana edad que se encuentra en un viaje de negocios. Llega a un hotel cinco estrellas donde se aloja para dar al día siguiente una conferencia sobre métodos de autoayuda. Pero la paradoja de la situación, lo ubica a él mismo en una crisis existencial que lo aísla del mundo que lo rodea. Causan gracia los insistentes servicios ofrecidos en su estadía, a un tipo que sólo quiere un poco de tranquilidad y soledad. En su aislamiento escucha voces que lo perturban (su tensión con su mujer, su incomunicación con su hijo cuando los telefonea) trasladan su conflicto interior a un sin salida hasta conocer a Lisa (voz de Jennifer Jason Leigh), una introvertida chica que se encuentra en el hotel con el fin de asistir a la conferencia. Su encantadora voz entusiasma al protagonista.
Ambos personajes “conectan” sus conflictivas existencias cargadas de vicios, resquemores, y costumbres poco ortodoxas que generan una simpática comedia sobre la necesidad y a la vez incomodidad de estar con otra persona.
Charlie Kaufman traza una serie de situaciones de lo más descabelladas para plantear esta extraña relación sentimental, poniendo la cámara justo en el lugar habitualmente omitido por las clásicas películas del género. En las imperfecciones físicas, en las fantasías de cada uno, en las incomodidades del primer encuentro sexual. Pero lo hace siempre manteniendo el tono de comedia y romance, con ternura y simpatía, sin dejar que aquello que se muestra como un trauma absorba densamente el registro del film.
En definitiva, Anomalisa es una comedia agridulce, tierna y oscura sobre la incapacidad de conectarse de los seres humanos en las grandes urbes, que devuelve al guionista y director al estilo que mejor le sienta y más lo caracteriza.