La verdad siempre sale a flote.
A fines de la 2º Guerra Mundial, una mujer de la cual se desconoce su nombre en todo el relato es abusada por soldados rusos luego de la invasión en Berlin. Ella está casada con un oficial y es de las únicas mujeres que hablan el idioma ruso en una de las residencias ocupadas por un período de aproximados cuatro meses.
El extenso film dramático está basado en el libro escrito en 1945 por una de las víctimas de consecutivas violaciones, en aquel período este no pudo ver la luz debido a que se destacó que la sociedad alemana no estaba preparada para seguir conociendo atrocidades acaecidas durante la guerra sumadas a las experiencias atroces de amplio conocimiento durante el régimen nazi. El libro pudo editarse recíen llegado el fallecimiento de la autora, convirtiéndose en un best seller en Alemania.
Anonyma recorre lugares oscuros dentro de la residencia, el tema es por demás sensible tanto para una lectura como para en este caso la visión, el mostrar la experiencia de cómo un grupo de mujeres deciden sacar el mínimo provecho de una relacion sentimental con soldados enemigos a su nación por el simple hecho de no ser violadas sexualmente u obtener a cambio alimento diario. El film funciona como un ejercicio macabro de mostrarnos esta realidad, crudamente, con herramientas cinematográficas débiles (música incidental, un guión demostrando como buenos y malos a los soldados de ambos ejércitos), pero, al menos sirve para comprender que los acontecimientos han de hecho sucedido y a veces la escapatoria a un problema no es más que otra aberrante situación.
Con 131 minutos, el film no escapa de la controversia que puede generar, en él se vincula el precio que alguien tiene que pagar para sobrevivir ante un suceso límite, sin dar rienda a mucha reflexión, la decisión de dirección parece haber sido la de mostrar tal cual relata el texto biográfico, sin medias tintas ni sentimentalismos.