En 2015, cuando se estrenó la primera película de Ant-Man, no había muchas expectativas con este pequeño superhéroe. La filmación de aquella película fue bastante accidentada y algunos olían un fracaso. Pero Marvel es (casi) infalible, y su Hombre Hormiga interpretado por un actor de comedia como Paul Rudd resultó un éxito. La secuela, "Ant-Man And The Wasp", carece obviamente de ese impacto de la sorpresa, pero conserva muchas de las virtudes de la original, incluyendo el humor y ese sentido de la liviandad que tanto se agradece en un género (el cine de superhéroes) que muchas veces peca de grandilocuente o solemne. La historia comienza con Ant-Man cumpliendo una condena de dos años de arresto domiciliario (una trama que viene de "Capitán América: Guerra civil"). Pero este "descanso" se termina cuando al científico Hank Pym (Michael Douglas) y su hija Hope van Dyne (Evangeline Lilly), más conocida como la Avispa, lo convocan para una nueva misión: encontrar a la madre de la Avispa (Michelle Pfeiffer), perdida durante décadas en el vacío cuántico. El director Peyton Reed (que también dirigió la primera) vuelve a encontrar un buen equilibrio entre los diálogos con humor y las imaginativas escenas de acción, que por momentos brillan por su originalidad. No hubiesen estado mal algunas escenas más con Pfeiffer, aunque el papel de la heroína está muy bien cubierto con la enérgica Evangeline Lilly.