Si no sos muy fan de Ant-man (conozco gente que lo es) esta es una película intrascendente que se puede obviar en el cine sin problemas y no te perdés nada, ya que representa la producción más floja de Marvel en el 2018.
En esta continuación el director Peyton Reed, responsable de la primera entrega, ofrece otra sitcom familiar que hará las delicias de los espectadores que les gusta mirar películas de superhéroes únicamente para reírse de los chistes.
La primera producción, estrenada en el 2015, había sido muy amena y surgió en un momento donde el estudio no había derrapado todavía con la constante tontería en los guiones.
Probablemente por el suceso de Guardianes de la Galaxia, en la nueva entrega aumentaron el contenido humorístico y esto genera un desequilibrio en las aventuras de este personaje.
Si ya tenés un protagonista afable y gracioso como es Scott Lang no se entiende la necesidad de rodearlo con un reparto de cómicos de stand up, donde casi todo el mundo tiene su remate chistoso. Sobre todo cuando la mayor parte del humor resulta forzado como si la película tuviera la obligación de hacer reír al público.
El peor exponente de esto lo encontramos en el irritante rol de Michael Peña que ahora pasó a comportarse como un tarado. Todas sus escenas son infumables por la estupidez que aporta y llega un momento donde termina por cansar.
De todos modos, el mayor problema de esta continuación no pasa en realidad por el exceso de humor, que de última se relaciona con el tono que había presentado la historia original, sino por el conjunto de elementos decepcionantes que rodean a este film y paso a resaltar.
El director Reed y sus cinco guionistas dominan la comedia de enredos pero demuestran una gran incompetencia a la hora de trabajar la ciencia ficción y la fantasía.
La exploración del mundo cuántico, que era un enorme gancho para jugar con Ant-man, es de una pobreza abrumadora.
Ni siquiera le dieron una identidad visual como hicieron con los elementos esotéricos en el film de Doctor Strange. En la escasa imaginación de Peyton Reed el mundo cuántico es una pantalla verde que se rellena con efectos digitales y no hay más que eso.
Por otra parte, los villanos son horrendos y parecen personajes clase B que podrían haberse incluido en un capítulo semanal de Agentes de SHIELD. Todos tienen un mínimo desarrollo y no aportan nada.
Claramente califican entre lo peor que brindó Marvel en este aspecto y desperdicia a buenos actores como Walton Goggins.
En materia de acción la película presenta otra decepción, ya que no hay más sorpresas que las imágenes que pudiste ver en el trailer.
A lo largo de la historia, no hay una sola escena con estos superhéroes que no tuviera previamente su antecedente en la saga Querida encogí a los niños de Disney y todas las persecuciones y peleas son penosamente genéricas.
Sería un error compararla en este campo con la última de los Vengadores porque fue una propuesta épica, pero Pantera Negra tenía secuencias más emocionantes.
Por ese motivo también la continuación de Ant-man, más allá de los chistes, no tiene nada interesante para ofrecer sino sos seguidor del personaje.
Lo mejor del film pasa por la buena química que se gestó en ese trío que conforman Paul Rudd, Michael Douglas y Evangeline Lilly quienes logran hacer llevadero el film.
Otra cuestión positiva es que esta vez le dieron más presencia a la Avispa, histórica integrante en los cómics de los Vengadores, quien tiene sus momentos destacados.
Lilly está muy bien en esta continuación y en más de una escena este producción parece titularse La Avispa y Ant-man.
Con respecto a las dos escenas post-créditos, la primera establece una conexión con Infinity Wars y la otra es una tontería que no vale la pena su espera en la butaca.
En resumen, la continuación de Ant-man cumple con su cuota de entretenimiento ligero pero no deja de ser una propuesta cuya existencia se borrará rápidamente de la memoria.