Mientras Scott Lang intenta encontrar el equilibrio entre ser Ant-Man y padre, Hope van Dyne y el Dr Hank Pym le presentan una nueva misión que encontrará a Ant-Man peleando junto a La Avispa para descubrir secretos de sus pasados.
Como es sabido, la mayoría todavía no nos recuperamos del golpe bajo que nos dejó Infinity War y por eso Ant-Man y la Avispa llegan para darnos una bocanada de aire (o algo así) de vuelta bajo la dirección de Peyton Reed.
Scott y Hope aprenden a luchar juntos
Ubicamos a Scott Lang (Paul Rudd) luego de los sucesos de Civil War pero antes de Infinity War. Scott llega a un acuerdo con las autoridades de S.H.I.E.L.D y logra una prisión domiciliaria por dos años, y la película nos ubica un par de días antes de que llegara a su fin.
Pero mientras Scott intenta acomodar su vida y ser un buen padre, Hank Pym (Michael Douglas) y su hija Hope Van Dyne (Evangeline Lilly) acudirán a él en busca de su ayuda para poder hallar a Janet Van Dyne (Michelle Pfeiffer), madre de Hope y esposa de Hank, que se encuentra perdida en el Reino Cuántico desde hace treinta años.
Al final de la primera, dejaron en claro que La Avispa sería compañera de Ant-Man en esta secuela y fue un gol de media cancha. Hope es todo lo que esperamos y más ,gracias a la gran Evangeline. Reed la supo aprovechar al máximo dándole el enfoque que merece dentro de este universo cinematográfico.
Ant-Man y La Avispa
La química entre Rudd y Lilly es de las que casi no existen en el resto de las pelis y se hace presente desde el primer minuto de reencuentro. De todas formas los secundarios no se quedan atrás, Michael Douglas mantiene el carisma que Hank nos dejó en la primer entrega.
Personalmente creo que los villanos de Marvel Studios venían con la vara demasiado alta, los últimos tres que fueron Hela (Thor: Ragnarok), Killmonger (Black Panther) y Thanos (Infinity War) eran malos por naturaleza.
En esta ocasión decidieron mostrar a dos: Fantasma (Hannah John-Kamen) es una (no tan) villana que lo único que busca es aliviar el dolor que le causaron la obtención de sus poderes y para eso deberá robar tecnología perteneciente a Hank Pym.
Fantasma es la villana de esta secuela
Y luego los típicos mafiosos de traje que sólo desean alzarse con dinero robando importantes piezas tecnológicas a costa de cualquier cosa y repartiendo balas a quien se cruce en su camino.
Quizá lo único que no termina de entenderse del todo es el concepto del Reino Cuántico, ese micro universo al que fue a parar Janet Van Dyne hace treinta años y del que no pude regresar. Ese viaje al universo microscópico me recordó a escenas de Doctor Strange debido a las escenas psicodélicas y la gama de colores que presenta pero el término nunca es totalmente desarrollado durante la película.
Hope y Scott
El uso del CGI está muy bien utilizado tanto para los héroes como para Fantasma. Los cambios de tamaño son espectaculares, principalmente los de la Avispa en las escenas de acción y esta vez el cambio de tamaño también se ve en distintos objetos; el poder de Fantasma para atravesar desde paredes hasta personas está manejado de una manera muy prolija y es de los efectos que más me gustaron.
Con dos escenas post créditos que nos dejarán gritando, Marvel Studios se despide de las salas hasta marzo del año que viene, dejando paso a las teorías.