Después de la enorme tragedia griega que fue Avengers Infinity War, Marvel/Disney apuesta de lleno a la comedia con Ant-Man and the Wasp, un bienvenido giro light hacia el entretenimiento, bastante menos solemne que el film de los hermanos Carusso. Quien vuelve a tomar las riendas de esta delirante historia de superhéroes diminutos (aunque, por momentos, también gigantescos) es Peyton Reed (Down with love), quien se desenvuelve con clara comodidad aprovechando al máximo los dotes cómicos de su protagonista, Paul Rudd, y sobre todo de los personajes secundarios que complementan el relato. Sí, una vez más, quien vuelve a robarse el show de Ant-Man es Michael Peña como Luis, ese por momentos side-kick absurdo que no siempre hace avanzar la trama, pero sí la dota de un humor necesario.
La historia retoma a partir de los sucesos narrados en Captain America: Civil War, lo cual sitúa al film de Reed en una cronología un tanto confusa: se entiende que aún no han sucedido los eventos de Infinity War (nadie habla de Thanos), pero a la vez se está gestando “algo” en paralelo, que habrá que esperar a los créditos finales para terminar de dilucidar. Aquí el mundo (aún) no está en problemas, apenas la ciudad de San Francisco y aún así se trata de daños colaterales. Y es que no hay un claro “villano” en Ant-Man and the Wasp, pero sí una antagonista, con justificación más que comprensible para sus acciones y poca malicia. Los afectados por sus acciones son apenas Hank (Michael Douglas, repitiendo su papel de mentor y padre de Hope Van Dyne, aka: The Wasp) y, claro, Scott Lang, el superhéroe que ahora pasa los días en su casa cumpliendo un arresto domiciliario.
El desafío que plantea el director Peyton Reed tiene más que ver con una carrera contra el tiempo, que con una lucha de poderes: Hank y Hope deben salvar a su madre del lisérgico universo sub-atómico, Scott debe estar de regreso en su hogar cada vez que escapa antes de cierto horario para que nadie note actividad inusual, y la antagonista Ava/Ghost debe obtener lo que necesita del laboratorio de Hank para no perderse en un infierno cuántico y desintegrarse. El tiempo es, en definitiva, el verdadero factor de suspenso y villano.
Ant-Man and the Wasp es una película entretenida y muy ligera, que no resalta entre los films de la factoría Marvel pero cumple su cometido de lavar un poco la imagen del estudio, que venía de una muy buena película que sin embargo se había sumergido a pleno en la solemnidad y la tragedia.