La nueva película de Ant-Man aporta otro espectáculo intrascendente que se puede esperar en la plataforma de streaming de Disney y no te perdés nada relevante. Quantunmania inicia la quinta fase de la saga donde se introduce a Kang, el Conquistador.
Un personaje que aspira a desempeñarse como un villano telonero dentro de la franquicia hasta que a los productores se les caiga una idea o aceleren la introducción del Doctor Doom.
Se nota de manera obvia que están estirando todo lo que pueden los ciclos argumentales con propuestas de relleno que no hacen otra cosa que contribuir al desgaste que padece el género en la actualidad.
Jonathan Majors, lo mejor de este film, hace un buen trabajo con su interpretación, donde le aporta dignidad al antagonista sin acoplarse al tono de estupidez que suele primar en las aventuras de Ant-Man.
Kang es muy interesante y cuenta con un origen atractivo pero lamentablemente termina limitado por la fórmula Marvel en un argumento donde todo se desarrolla de un modo infantil y superficial.
El director Peyton Reed ofrece un collage de lugares comunes en el que sobresalen los chistes tontos, un gran despliegue de CGI, secuencias de acción mundanas que vimos infinidades de veces dentro de esta misma saga y otro conflicto de proporciones cósmicas que ya terminó por cansar.
La patética incorporación de MODOK, otro villano conocido de los cómics, entra directamente en el terreno de la vergüenza ajena. Si creías que el estudio no podía caer más bajo después del “niño sin amor” en esta película lo consiguieron con la representación de ese personaje.
Durante el desarrollo de la historia los héroes resuelven las adversidades con demasiada facilidad y en 124 minutos que parecen 88 se despacha al público de las salas con rapidez.
En este contexto Majors hace lo que puede y creo que sale muy bien parado.
Sobre todo al tratarse de un tipo de cine que hace rato dejó de ser divertido por el desgaste natural del género y los conceptos redundantes que se presentan en las historias.
Dentro del reparto Paul Rudd en piloto automático le pone onda a la trama mientras que las intervenciones de Michelle Pfeiffer y Michael Douglas hacen llevadero el visionado.
La pobre Evangeline Lilly una vez más resultó desperdiciada como Wasp en un rol intrascendente. Podría haber quedado afuera del guión que daba lo mismo.
En un momento hay una participación completamente descolgada de Bill Murray donde queda la impresión que el actor se equivocó de set de filmación e improvisó todos sus diálogos.
Desde los aspectos técnicos se puede resaltar la puesta en escena que es impecable y el tratamiento de los elementos fantásticos dentro del mundo quántico que resultó mucho más creativo de lo que vimos en la última película de Dr.Strange
Algunos alienígenas parecen extras desechados del episodio 8 de Star Wars pero tampoco es necesario buscarle la quinta pata al gato.
En general la representación visual del escenario principal está muy bien lograda y junto con la labor de Majors sobresale entre lo pocos elementos destacables del film.
Después se suman las tradicionales escenas extras que lejos de generar entusiasmo por el futuro de la franquicia lleva a preguntarnos si Marvel no podría adelantar un poco ese contenido en futuras películas y nos evita tener que padecer los interminables créditos finales.
En resumen, otra aventura olvidable de Ant-Man que tranquilamente se podría haber derivado a Disney + en el formato de miniserie.