Ooooootra película formulática de Marvel. Y sí, quien escribe siente lo que en la industria se le está llamando "The Marvel fatigue". Y ojo que también existe el término "superhero fatigue", pero todavía no me sucedió debido a mi fanatismo por DC Comics.
Amén de eso, salvo contadas excepciones, de las cuales aquí en este mismo site he escrito largo y tendido sobre cómo -casi- todas las películas del UCM son exactamente iguales.
La tercera entrega de Ant-man no escapa a ello, solo que ésta tiene la particularidad de que presenta (en cine) a quien va a ser su gran villano en esta nueva Fase que arranca y que abarcará los próximos años.
Y aquí radica una de las dos cosas buenas de este estreno: Kang, interpretado por Jonathan Majors.
El actor viene en ascenso y tiene un futuro muy prometedor. Su personaje está muy bien y con mucho potencial, ya que interpretará diferentes versiones del mismo próximamente.
El otro aspecto positivo es el humor de Paul Rudd en el opening y cómo está planteando Scott Lang en el mundo post blip (término que se usa para describir la reaparición de todos los seres vivos que habían sido eliminados por Thanos).
Luego es todo más de lo mismo. O sea, chistes mal colocados, escenas de acción (poco relevantes) cada 5 minutos y un plot que mucho no nos importa.
Ni Michael Duglas, ni Michelle Pfeiffer se lucen pese a su grandeza.
Es una película más de la compañía que solo gustará mucho a los fans acérrimos de este Universo pero que el resto olvidaremos en tan solo unos días.