Más allá del olvido
Christine Lucas (Nicole Kidman) se despierta cada mañana sin recordar nada de su vida. Durante la jornada, con la ayuda de su marido Ben (Colin Firth) y de una serie de fotos pegadas en una pared, va almacenando información sobre su pasado, pero por la noche –mientras duerme– volverá a olvidarlo todo. Sin embargo, gracias a sucesivos encuentros con un misterioso neuropsiquiatra llamado Dr. Nasch (Mark Strong) y a grabaciones de sus propios testimonios que hace con una cámara, empieza de a poco a recuperar algunos recuerdos (no demasiado gratos) y a reconstruir el complejo rompecabezas de sus traumáticas experiencias.
El tema de la amnesia ha dado lugar a un sinfín de películas, algunos dramas memorables (Memento, recuerdos de un crimen, por ejemplo) y varias buenas comedias (desde el clásico inoxidable Hechizo del tiempo hasta la romántica Como si fuera la primera vez y hasta la animada Buscando a Nemo si quieren). Antes de despertar no se sumará a la lista…
Con una carrera reducida como director (Brighton Rock), pero con una importante filmografía como guionista (Last Resort, Exterminio 2 y El ocaso de un asesino, entre otras), el hijo de Roland Joffé construye un thriller psicológico frío y melancólico, que resulta demasiado reiterativo, solemne, artificial y engañoso (manipulador en el mal sentido).
Su look melancólico, sus toques perversos, sus intérpretes de primera línea (aunque Kidman está lejos de la actriz que supo ser y Firth parece trabajar “de taquito”) no alcanzan a reivindicar a un film –basado en el best-seller de S. J. Watson– con el que es imposible ya no identificarse sino siquiera involucrarse mínimamente desde lo emocional. Un mero ejercicio de estilo formal que carece de la provocación, la audacia y hasta del humor negro de Perdida. Mejor –en línea con su propuesta– olvidarla pronto.