Curioso como dos best sellers recientes pueden tener suertes y tratamientos tan diferentes como son los casos de GONE GIRL y BEFORE I GO TO SLEEP. La primera, que se conoció aquí como PERDIDA, fue dirigida por David Fincher con todo el presupuesto y los lujos posibles. Se estrenó como un tanque de taquilla y lo fue en muchos países (aquí no pasó nada, un misterio). La otra novela, casi tan popular en el mercado de la literatura policial como la otra, se estrena ahora en varios lugares del mundo pero, pese a un elenco de grandes nombres (Nicole Kidman, Colin Firth, Mark Strong) llega como oculta, escondida. Una película chiquita con actores conocidos.
Uno quisiera poder decir que la película chiquita le ganó a la grande pero no, lamentablemente no es así. Con todos sus problemas narrativos, PERDIDA es una película atrapante y potente. ANTES DE DESPERTAR no es ni una cosa ni la otra. Este filme dirigido por Rowan Joffe (una elección que tal vez sea el motivo principal de la diferencia entre las dos películas), que tiene un buen historial como guionista pero no tanto detrás de cámara, se contenta con ser, casi, una película de cámara, un thriller de intriga de corte hitchcockiano que debería reemplazar en sutileza, elegancia y misterio lo que la otra tiene en ambición. Trata, pero no lo logra.
before-i-go-to-sleep.10113725.87La visualmente oscura película se centra en Christine (Kidman), una mujer que a partir de un accidente que tuvo 13 años atrás sufre una enfermedad que le hace perder la memoria de todo lo vivido al despertarse cada mañana desde entonces. Es como si cada amanecer la vida –al menos desde ese accidente– comenzara de nuevo. Pero su marido Ben (Colin Firth) está ahí para ayudarla: cada mañana, pacientemente, le explica mediante un álbum de fotos y contándole de su situación, quién es ella, quién es él, qué es lo que le pasó, lo que le pasa y lo que le volverá a suceder al otro día. El truco del guión da para reflexiones casi filosóficas a la manera de HECHIZO DEL TIEMPO, pero la novela prefiere llevar el asunto para el lado del thriller y el suspenso.
Christine se está haciendo ver, a escondidas de su marido, con un terapeuta que trata de ayudarla a superar su trauma (Mark Strong), quien la llama cada mañana cuando el marido sale de su casa y tiene otra forma de guiarla a través de sus recuerdos: grabando en una cámara de video todo lo que va viviendo cada día previo para así poder “recordarlo” al día anterior. Así ella podrá, en cierto modo, ayudarse a recordar lo que pasó antes de su nuevo “borrón y cuenta nueva”. Lo que probará ser central a la trama es que, tal vez, uno de ellos (o los dos) le estén mintiendo y las cosas no sean tal como parecen ser, o como le cuentan a Christine que son, desde el accidente para acá.
Before-I-Go-To-Sleep-2La segunda mitad será más un thriller de investigación un tanto moroso, que nunca llega a trasladar desde la puesta en escena, las intrigas que el guión (que, ya que estamos, tiene algunos puntos de contacto con MEMENTO) plantea. Y ni siquiera el elenco de talentosos y carismáticos actores logra levantar al filme del tono tirando a tedioso que lo envuelve, casi, de principio al fin. ANTES DE DESPERTAR se sostiene, apenas, por la intriga de saber finalmente, quien es el que miente y cómo, de qué manera ese pasado se le ha construido falsamente a Christine para ocultar otras cosas, pero la película no logra salir de ese nivel básico de intriga y llevarlo a algo acerca de la naturaleza de los personajes o de sus relaciones.
Es una pena que no lo logre porque los elementos (potencialmente hitchcockianos) están todos allí, y si bien Joffe logra armar alguna que otra escena que sorprende y mantiene cierta intriga narrativa hasta casi el final, nada de lo que pasa termina siendo demasiado relevante. Si PERDIDA intentaba tomar un caso policial dentro de una pareja para hacer una reflexión sobre el matrimonio, Joffe prefiere mantenerse siempre pegado a la ilustración del guión, al seguimiento de la trama. Se agradece, en cierto modo, que tenga intenciones más discretas (no todos los thrillers deben apuntarse a hablar sobre “el estado de las cosas”), pero con el potencial que la trama tenía para jugar con ciertas ideas (lo real y lo verdadero como relato) da la sensación de que la película se queda corta, a mitad de camino entre lo que es y lo que podía haber sido.