La idea es un poco la de “Como la primera vez”: una mujer que no puede recordar más que el día en que vive, algo así. Ella, Nicole Kidman, hace lo que puede. Claro que aquí se trata de un thriller con marido quizás malvado (Colin Firth, pobre), y médico que vaya uno a saber qué esconde (Mark Strong, pobre). El resultado es una película de suspenso del montón, donde eso, el suspenso, se declama y no se transmite.