Bajo el mismo techo.
Tal vez la memoria sea la única capacidad que nos permite a los seres humanos crear una identidad para aferrarnos a la individualidad y no perdernos en las tormentas de información de nuestra apática, banal y masoquista sociedad que ama la estética y la cultura insípida del grotesco superficial.
La versión femenina de Memento (2000) es un thriller sobre una mujer, Christine (Nicole Kidman), que despierta todos los días sin recordar nada de su presente. El hombre que se despierta a su lado (Colin Firth), dice ser su marido y estar casado con ella desde hace catorce años. Debido a un accidente ocurrido hace tiempo, ella pierde la memoria durante la noche y despierta sin saber lo que ocurrió en los últimos quince años al día siguiente. Al recibir la llamada de un neuropsiquiatra (Mark Strong), descubre que desde hace varias semanas ha comenzado un tratamiento para intentar recuperar la memoria sin el conocimiento del marido a través de la grabación cotidiana de diversos descubrimientos.
El segundo largometraje del director y guionista Rowan Joffe se basa en el reciente bestseller del escritor inglés Steven Watson, Before I Go to Sleep, publicado en el año 2011. La novela fue un éxito de ventas en todo el mundo y tuvo una muy buena recepción por parte de la crítica, que aclamó principalmente los sorprendentes giros estructurales de la obra.
El film homónimo, por su parte, se sostiene en las buenas actuaciones de sus tres protagonistas y en el suspenso que generan los descubrimientos que realiza Christine a través de sus conversaciones con su esposo y de los recuerdos que despiertan fotos y lugares. Más allá de eso, el guión intenta sorprender, a veces con éxito, pero sin ir demasiado lejos. Por momentos la película parece tener miedo de confundir y proponer una historia demasiado simple, para después encontrar algún artilugio para descolocar al espectador por unos minutos, generar algo de suspenso, y rápidamente volver a la normalidad.
Antes de Despertar es sobria, por momentos inteligente, pero por sobre todo correcta. Sin sobresalir demasiado, logra construir una historia que parece endeble y hasta trivial pero que logra sostenerse gracias a la actuación del trío protagónico. Desgraciadamente Joffe no buscar el desconcierto ni la experimentación con el suspenso. De esta forma, la utilización del director de técnicas conservadoras solo logra que extrañemos aún más al genial Alfred Hitchcock y sus extraordinarias películas.