as edades del amor
No vamos en esta nota a profundizar en lo que seguramente ya sabe del film: que es la tercera parte de una trilogía escrita por Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy, precedida por Antes del amanecer y Antes del atardecer. Más que una crítica, este es un intento de volcar en la hoja algunas impresiones y análisis de la saga.En primer lugar habría que decir que las tres películas están ambientadas en tres ciudades europeas, que sirven como marco para el desarrollo de los diálogos con fuerte carga existencialista entre Celine y Jesse. La primera ciudad es Viena, donde los jóvenes amantes atraviesan el estado de enamoramiento. Allí están presentes los dos grandes temas que serán abordados a lo largo de toda la trilogía: la preocupación por el paso del tiempo, y las percepciones de los hombres y las mujeres. En Antes del Amanecer Jesse es el personaje más cínico, descreído de todo y todos: ha sido recientemente abandonado por su novia, a quien había ido a visitar a Europa, no cree en los designios de la lectora de palmas ni en la creación poética de un artista callejero. En cambio Celine es más idealista. A sus veintitrés años está interesada en el poder de la mujer.
La segunda ciudad donde encontramos a nuestros personajes en Antes del atardecer es París. Y no es casual. Han pasado 9 años desde ese último encuentro y ya no es un simple enamoramiento. Ya no son unos jóvenes adultos, saliendo de la adolescencia, sino que tienen sus vidas encaminadas: Jesse es un escritor que tiene un hijo con una mujer a la que no ama, Celine trabaja en una ONG para resolver problemas ambientales, y su novio es un periodista fotógrafico al que no ve demasiado. Los mismo temas existencialistas del paso del tiempo, y lo que éste significa son el eje de las conversaciones mientras recorren la ciudad del amor, sólo que resignificados por, valga la redundancia, el propio paso del tiempo.
Y así llegamos al último film, en Grecia, la cuna de la tragedia y el mito. Otros 9 años han transcurrido y Jesse y Celine son un matrimonio con dos hijas gemelas, Nina y Ella (en un guiño a las cantantes de jazz Nina Simone y Ella Fitzgerald). Nuevamente encontramos que la ciudad que recorren no es simplemente un adorno de fondo, sino que es acorde al momento que vive la pareja: tras años de matrimonio y rutina cotidiana, la pregunta existencialista acerca de si los que los mantiene unidos es amor o acostumbramiento es el eje del film. Entonces vemos que lo mitos acerca del amor (o mejor dicho enamoramiento) que se planteaban en el primer film ahora son puestos a prueba (recordemos que en la primera parte se separan prometiéndose encontrarse seis meses después en el mismo lugar, pero sin establecer contacto porque la rutina de hablarse todos los días iba a destruir esa pasión que habían encontrado recientemente)
¿Cuando la pasión desparece, se va el amor? ¿O quizás es el mismo amor transformado por el paso del tiempo? Si hay algo por lo que podemos decir que esta trilogía es una obra maestra es porque aborda todos los grandes momentos y etapas del amor con una profundidad envidiable, pero sin ampulosidad. Sin ir más lejos, Antes de la medianoche está estructurada en 3 grandes momentos: la primera parte aborda la relación con los hijos y el trabajo, la segunda parte establece los puntos de vista femeninos y masculinos sobre la vida, en una mesa familiar y de amigos, y una tercera parte, donde finalmente ellos están solos recorriendo la ciudad como en los otros films y se empieza a evidenciar el desgaste por el paso del tiempo. En tan solo tres o cuatro escenas muy intensas el trío Linklater, Hawke y Delpy dan vida a lo que probablemente sea uno de los mejore films del año, y a una trilogía que ya está dentro de las mejores de la historia del séptimo arte…al menos para los cinéfilos de la generación que vivió su adolescencia y juventud en los años 90.