La casa del silencio
Antes del frío invierno (Avant l'hiver 2014), la nueva película dirigida por el afamado escritor francés Philippe Claudel, es una exploración profunda a lo que yace debajo de la vida de un hombre que está en la cúspide de su vida. Con un lenguaje pausado y detallado que poco a poco llena el film de intensidad y misterio, los elementos se van volviendo dudas a lo que solo se responde con silencio. Así el espectador tiene que producir sus propias respuestas. Iniciando como una historia de amor, se convierte en un thriller psicológico para sigilosamente llegar a la tragedia.
Paul (Daniel Auteuil) es un neurocirujano de unos sesenta años que tiene una vida rutinaria, muy bien organizada. Todos los días va a trabajar y luego regresa a casa donde lo espera Lucie (Kristin Scott Thomas) su tranquila esposa, quien cuida el jardín y disfruta de una vida casera. Ambos son y parecen felices pues tienen una vida, si bien silenciosa, cercana a la perfección. Sin embargo, un día Paul comienza a recibir ramos de rosas rojas en cada lugar que son parte de su rutina. Lo que al principio solo parece un detalle curioso se va volviendo un misterio que va socavando en su estado mental, hasta que aparece Lou (Leïla Bekhti), una chica que asegura haber sido operada de amígdalas cuando era chica que le guarda aprecio al doctor. Desde ahí, toda la vida de Paul en su inmensa y onírica casa, parece comenzar a temblar y a desbaratarse.
Sin duda lo más llamativo es la presencia de Daniel Auteuil quien es perfecto para interpretar este tipo de personajes, ya que la mirada y el silencio, hacen justamente que todo lo oculto y lo no dicho, se vuelva más relevante. Además su integridad se pone en juego cuando algo se sale de las normas sociales. Paul comienza a interrogarse y a sentir emociones, que si bien pudieron quedarse en su juventud, vuelven a su vida en un momento crucial. Tan versátil, Auteuil se manifiesta a lo largo de la historia acompañado por una puesta en escena que lo envuelve, una ciudad apacible que lo va atormentando, una noche llena de personajes marginales que lo van absorbiendo.
Así Claudel logra un thriller muy seductor por las diferentes capas y puertas que se abren, y no solo del presente de los personajes sino también del pasado. Un hecho intrascendente, en un primer momento, sirve para demostrar que la vida de todos no es tan perfecta: Lucie tiene una hermana que roza la locura y la rutina exitosa de Paul parece estresarlo.
El desenlace es un gran cierre para esta película de Claudel, ya que le da una vuelta ideal para la caída de una familia o lo que hubiera sido la crisis más fuerte en una pareja. Algo se abrió, y para Paul, la herida se abre con una vieja canción que canta Lou.