Interesante primer largo del argentino Daniel Gimelberg, el film trabaja sobre dos tiempos: el de un pasado tranquilo y normal, el de un presente que lleva a la degradación y la violencia. El espectador está invitado a comprender qué pasa en esa historia quebrada, a comprender las razones del quiebre, a descubrir alternativas. Gimelberg sostiene su historia con precisión y logra sumergir al espectador en las emociones de sus criaturas.