La máquina
Hacedor de La crisis causó 2 nuevas muertes (2006) y Bienaventurados los mansos (2017), entre otras, la obra de Patricio Escobar está atravesada por el documental de denuncia sobre hechos en que el estado es cómplice o culpable de un delito. Antón Pirulero (2018), su nueva película, trabaja sobre la Desaparición Forzada de personas en el periodo democrático que va desde 1983 hasta el 2018.
Luciano Arruga desapareció en 2009 y recién en 2014 su cuerpo fue encontrado como un NN enterrado en el cementerio de la Chacarita. Este hecho es el que desencadena Antón Pirulero pero no el único, sino el hilo conductor de una investigación sobre algunos de los casos caratulados como Desaparición Forzada, que a lo largo y ancho del país, durante los diferentes gobiernos democráticos, y por diferentes motivos, tienen responsabilidad directa del estado argentino. Iván Torres en Chubut, Daniel Solano en Choele Choel, Núñez, Bru, López, Maldonado…todos victimas de Desaparición Forzada
Antón Pirulero es un documental periodístico y a la vez performático, con dos estructuras narrativas que convergen entre sí. Por un lado tenemos la investigación periodística que reúne testimonios de abogados, jueces, fiscales, familiares de las víctimas, entrelazados a través de un montaje alternado para reconstruir cada caso, mientras que por el otro el Colectivo Fin de un Mundo realiza la puesta en escena en la vía pública de una performance en la que se aborda el tema.
A lo largo de 70 minutos Escobar busca desentramar un mecanismo de eslabones enlazados entre sí cuyo objetivo es la Desaparición Forzada de personas. Sin el encastre de cada una de las piezas en la cadena sería imposible poder desaparecer a alguien sin dejar huella alguna. Antón Pirulero denuncia el funcionamiento de este engranaje desde el estado, con responsabilidades directas, complicidades y encubrimientos de todas las piezas que lo integran, en donde cada cual está atento a su juego.
Como en sus trabajos anteriores, Escobar busca la información de todas las campanas involucradas. No se queda con las voces de las víctimas sino que también va atrás de los culpables para que expongan su versión de los hechos, aunque para ellos el silencio sea salud.