Tomadas a lo largo de más de una década de paciente registro, las imágenes de la película ofrecen un testimonio de aquello que sucede cada 8 de enero en Mercedes, Provincia de Corrientes, cuando miles de personas peregrinan hacia el santuario de Antonio Gil, el gaucho rebelde del siglo XIX que -dice el mito- robaba a los ricos para dar a los pobres. En una serie de largos travelings que acompañan el recorrido de esa peregrinación, el documental revela las largas filas de la procesión: caballos, campesinos, gauchos disfrazados, motos, punks y comerciantes, a todos ellos la película dedica una misma mirada sostenida, recorriendo a su lado la paulatina construcción del mito.
Antonio Gil busca capturar a través del dispositivo cinematográfico otro más complejo y sofisticado: el mito. Lejos de un relato heroico y a distancia de una explicación racional, la película es una atenta composición polifónica y heterogénea de historias. Un mosaico de voces campesinas que narran el mito del Gauchito Gil a lo largo del siglo XX.