Hay películas que parten de una premisa simple y generan un desarrollo consistente y prolongado de gran manera. Que consiguen a partir de pocos hechos que desentrañar el camino de un personaje, imponerle un rumbo y una solidez durante la historia. Que por su composición y el mensaje que se intenta enviar, no necesitan acudir a una red de subtramas que complejicen el relato, sino que a partir de una historia sólida de base logran una identidad y una realización que aparenta ser acorde a los objetivos. “Lean on Pete”, a pesar de algunas extrañezas en la narración, pertenece a este estilo de películas.
Este film cuenta la historia de Charlie Thompson, un adolescente de 15 años que vive con su padre en una zona rural de los Estados Unidos y parece no tener mucha noción del mundo que le es externo. El conflicto comienza cuando conoce a Del, un propietario de caballos de carreras, quien lo contrata para un trabajo temporal y así le enseña el estilo de vida que rodea esta actividad y cómo sobrevivir allí. Por una cuestión favorable a la trama, a partir de una serie de sucesos, asesinan al padre y el chico escapa con un caballo al cual le tomo cariño, Pete. En consecuencia, evitando caer en las manos de la asistencia social, emprende un largo camino a través del desierto hacia donde cree que se encuentra su tía, con quien hace años no tiene contacto.
Es muy interesante cómo se va transformando el personaje principal, de un niño que quiere trabajar a un joven adulto que, a través de la conexión con un animal y fuertes golpes de la vida, se va reencontrando con sus sentimientos y su fortaleza interna a medida que avanza.
El relato tiene una gran solidez, aunque tenga una estructura que no termina de dejar en claro el cambio al segundo acto. No cae nunca en contar la historia de una forma simplista, sino que los conflictos y hechos se toman el tiempo necesario para tener un desarrollo completo. A medida que avanza, las acciones de los personajes se corresponden con la personalidad que se les fue sembrando durante su transcurso. Puede sentirse tediosa para quien va a verla esperando algo más hollywoodense, pero es un estilo correlativo a lo que se pretende representar mientras nos interpela emocionalmente.
El promedio de las actuaciones es muy bueno. Charlie Plummer, quien interpreta al protagonista, realiza un trabajo superlativo por el cual nunca pierde credibilidad la historia. Él es acompañado por muy buenos papeles de actores de renombre como Steve Buscemi y Travis Fimmel, también con una sorpresiva Chloe Sevigny. Esta cuestión es escoltada por un gran trabajo técnico y artístico, que nos ofrece planos hermosos que nos logran transmitir el crecimiento y estado del Charlie.
En conclusión, “Apoyate en mí” es un film con un relato sumamente sólido, que se toma su tiempo para desarrollar la historia y así mostrarnos de gran forma el crecimiento de su protagonista sin caer en historias paralelas que pueden perdernos. Colaboran de buena manera las actuaciones de primer nivel y una dirección de arte sutil y bella.